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PARIS 2024 | BALONCESTO

Francia-Alemania: fuego en Bercy

La victoria contra Canadá ha desatado la euforia en el anfitrión, que se ve en condiciones de competirle la final a los campeones del mundo. Wembanyama ha encontrado compañía en los Euroliga: Yabusele, Cordinier y Lessort. Alemania confía en su pareja Schröder-Wagner.

Schröder, ante Gobert y Fournier.
THOMAS COEXAFP

París se despertó el miércoles frotándose los ojos con el triple desde trece metros con el que Evan Fournier terminó por destruir a Canadá el día antes. Todo salió tan a pedir de boca que el anfitrión se ve ahora preparado para repetir final olímpica contra Estados Unidos y bendecir, si fuera necesario, el cuarto oro de Kevin Durant. Antes de eso, sin embargo, le espera un buen hueso. La campeona, Alemania, no ha dado síntomas de fragilidad durante el torneo y, además, mostró fortaleza mental en el único momento apurado de los Juegos, en los cuartos contra Grecia. Los de Gordie Herbert mantienen todo el armazón que le hizo campeón del mundo. Un equipo que se conoce de memoria y que tiene en Schröder y Franz Wagner a sus grandes líderes.

Espera, pues, un partido con fuego en Bercy (17:30 horas). Al contrario que Jordi Fernández, sorprendido por los cambios en la rotación, y sobre todo en los roles, de Francia, Herbert podrá estudiar la metamorfosis de Les Bleus. Llamó la atención que el éxito escapó de los jugadores NBA, especialmente Wembanyama. Los héroes de la victoria contra Canadá fueron de sus estrellas Euroliga. Yabusele (Real Madrid), escondido en la rotación hasta ahora por el rol de Wembanyama, brilló con 22 puntos y una demostración de carácter que encendió Bercy. La fuerza de Lessort (Panathinaikos) hizo daño a Canadá por dentro; y Cordinier (Bolonia) estuvo on fire. Físicamente exuberante e iluminado con los triples.

Días después de aparentar ser una jaula de grillos después del enfrentamiento verbal entre Fournier y Collet, todo se ve de color de rosa en Francia. Puede que del enfrentamiento haya salido el jugador. O puede que Collet haya entrado en razón. Rotaciones más cortas, Wembanyama de pívot y roles distintos, incluido el de Gobert, que tuvo un pequeño problema en uno de sus dedos en la previa, pero que jugar menos de cuatro minutos formaba parte del plan de partido. Alemania no ha tenido esos altibajos. Su estructura es sólida, los papeles están bien resueltos y hablamos del campeón del mundo. Pero este jueves los decibelios van a estar muy altos en Paris.

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