El equipo B de la vela olímpica española
Con los regatistas han viajado a Marsella nueve entrenadores y diez miembros del equipo pluridisciplinar de la Real Federación Española de Vela.
Los regatistas españoles no están solos en Marsella. Más allá de muchos familiares, la Real Federación Española de Vela ha apostado por realizar un gran despliegue de efectivos, con un equipo pluridisciplinar, compuesto por diez profesionales, que se encarga de tareas vitales en tierra. Además, cada tripulación o regatista individual cuenta a su lado con los entrenadores que les han guiado durante todo el ciclo olímpico. De esta manera, Jordi Xammar y Nora Brugman (470 mixto) cuentan con Juan de la Fuente; Tara Pacheco y Andrés Barrio (Nacra 17) con Pablo García; Diego Botín y Florian Trittel (49er) con Álvaro del Arco; Támara Echegoyen y Paula Barceló (49erFX) con Jose Luis Costa; Joaquín Blanco (ILCA 7) con Gustavo Lima; Ana Moncada (ILCA 6) con Jano Toro; Nacho Baltasar (iQFOiL Masculino) con Marcos Fernández; Pilar Lamadrid (iQFOiL Femenino) con Mateo Sanz; y Gisela Pulido (Formula Kite Femenino) con Antonio Mínguez.
Quien está desde el primer día en Marsella es Xisco Gil, Director de preparación olímpica, y fue el primero en destilar ilusión. España llega con serias opciones de medalla y es que “llegamos con un equipo con muchas posibilidades en varias clases. Durante esta campaña hemos tenido podios en seis de ellas: 470, 49er, 49er FX, iQFOiL masculino y femenino y Kite femenino, y España ha estado también en el Top10 tanto de Nacra 17 como de ILCA 7″. Florian Trittel, hace pocos días, ya dejó claro que si se tenía que ‘mojar’, él apostaría por lograr entre dos y tres medallas.
Sin duda, uno de los éxitos de la vela española, que en París 2024 tendrá representación en nueve de las diez clases, es que se ha creado un gran ambiente y se ha rodeado a los regatistas de profesionales. Es ahí donde aparecen los diez miembros del equipo pluridisciplinar que conviven en Marsella. Al margen de la calidad, la formación física y mental es vital y Meritxell Bellatriu es la psicóloga deportiva: “Este es un deporte muy complejo en el que la mente juega un papel muy importante a nivel técnico y de cálculo. El deportista debe saber controlar su foco atencional, un aspecto muy complejo cuando hay tantos estímulos y la toma de decisiones es tan rápida”, explica. Eso sí, cada regatista ha contado con psicológos que les han guiado a lo largo del ciclo olímpico y un gran ejemplo es Patricia Díaz-Tendero, que ha estado trabajando de manera intensa y cuidada con Támara Echegoyen y Paula Barceló.
En Marsella está también Pilar Clapers, fisioterapeuta. “Nos centramos en solventar algunos puntos débiles para que los deportistas lleguen fuertes a la competición. Además, trabajamos para evitar lesiones por sobrecarga e incidir en que ellos mismos tengan unos hábitos de autocuidado”. Tras años trabajando en el sector de la natación sincronizada ahora está en la vela y está claro que “he pasado de un deporte en el que las variables están bastante controladas, a uno mucho más abierto e impredecible”. A su lado, la también fisioterapeuta Claudia Juan. Llegó al equipo nacional tras trabajar con la Federación Catalana de Vela, el equipo nacional finlandés de la clase Europa y el equipo australiano de surf. Además, hizo un viaje por Asia para descubrir distintas técnicas de yoga y meditación, y una especialización en fisioterapia invasiva. Todo ello lo aplica en los regatistas y tiene un plan de ruta claro: “Las mañanas están destinadas a la activación, preparar el cuerpo para el esfuerzo. Al volver del agua hay que devolver al músculo la elongación que necesita para estar preparado para el día siguiente”. Y por último, en cuanto a la fisioterapia, Lucía Ruiz-Cotorro, que está especializada en movilidad, gimnasio, terapia invasiva y prevención. “Es muy importante tener la capacidad de detectar una lesión antes de que venga, ahorra mucho tiempo al deportista. Se establece un protocolo de prevenciones para cada deportista para que mejore en su rendimiento deportivo”, comenta.
En la vela hay una frase que retumba y es la de “no hay viento, no hay carreras”. Por ello, la figura del meteorólogo es clave. Ahí luce Riccardo Ravagnan: “Para el deportista es muy importante entender lo que puede pasar en el campo de regatas. Tiene un efecto psicológico porque el deportista puede concentrarse en el rendimiento, preparar el barco y anticipar lo que puede pasar en el campo de regatas frente a sus adversarios”. Después, claro, hay un médico: Daniel Brotons. “La vela es un deporte especialmente lesivo porque se generan esfuerzos muy intensos que provocan inflamaciones y problemas músculo tendinosos realmente importantes. Las técnicas de preparación física han cambiado mucho y se hace mucha prevención, y además los deportistas son muy conscientes de la importancia de cuidarse en todos los aspectos, lo que repercute en su salud, a nivel de prevención de patologías, y en su rendimiento deportivo”, advierte. Tampoco está solo en su área porque le apoya Carlos Tur, que es preparador físico y dietista y nutricionista. Asume, además, la función de coordinador del equipo de salud: “Nuestro objetivo es la preparación integral del atleta, cuidarlo para que llegue al cien por cien a una competición, que en este caso son los Juegos Olímpicos. No ha sido difícil, los integrantes del equipo son muy buenos alumnos, estoy muy orgulloso de cómo se cuidan y de su nivel de implicación”.
Por último, los dos ‘cocos’ del equipo pluridisciplinar. Por un lado está Diego Yubero, asesor de reglamento. Su función es muy didáctica porque su trabajo con los deportistas comienza con el conocimiento de esas reglas, pero va más allá de conocer cada una de ellas porque “también trabajamos la táctica ya que la toma de decisiones en el agua va siempre unida al reglamento. Es un aspecto que hemos trabajado mucho con clases rápidas como el Formula Kite, intentando automatizar la toma de decisiones sobre diferentes escenarios. También tenemos en cuenta la técnica, sobre todo en aquellas clases como el ILCA en las que se aplica la Regla 42 referente a la propulsión”. El trabajado, además, se hace de manera individual porque “hay equipos que tienen más nivel en reglamento que otros. Las clases rápidas, las más nuevas, son los que tienen más deficiencias, como el iQFOil o el Kite, que al ser una clase nueva tiene un reglamento nuevo. Experiencia y formación nos llevan, en el lado contrario, a Jordi Xammar y Nora Brugman con un alto nivel en reglas, lo mismo que pasa en 49er con Diego Botín y Florian Trittel, en 49er FX con Támara Echegoyen y Paula Barceló, o en Nacra 17 con Tara Pacheco y Andrés Barrio, teniendo a los ILCA en un nivel intermedio”.
Y por último, Marc Combalia, analista de datos, experto en Inteligencia Artificial. La vela olímpica española ha sido pionera en su apuesta por el análisis de datos y la IA y es que “además de analizar una cantidad enorme de datos de diferentes regatas, estos han de combinarse con el conocimiento de atletas y entrenadores para poder llegar a unir sensaciones con objetividad, que es el punto máximo al que queremos llegar. Está claro que ha de haber un cambio cultural, pero vendrá de forma automática al ver que los resultados de este análisis aportan una información que permite decidir sin titubeos, descartar incertidumbres haciendo más eficiente el entrenamiento”.
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