Craviotto, aún más leyenda: en la cima con seis medallas olímpicas
Con su bronce en el K-4 500 junto a Carlos Arévalo, Marcus Walz y Rodrigo Germade, el palista asturiano rompe el empate que mantenía a cinco medallas con David Cal.
Saúl Craviotto (Lleida, 39 años) ya estaba en la cima del deporte olímpico español. Pero ahora mira hacia abajo en solitario. El catalán, al ganar la plata con el K4 en Tokio, igualó al también piragüista David Cal a cinco medallas. Pero había subido más veces a lo más alto del podio. Fue oro en K2 500 en Pekín 2008 con ‘Perucho’, plata en Londres 2012 en K1 200, campeón olímpico en Río 2016 en K2 500 con Cristian Toro y también bronce en K1 200. Ahora llega el bronce en París con el K4 500. El de Cangas siempre triunfó en solitario, en canoa. Cuatro platas y un oro entre Atenas 2004 y Londres 2012.
El padre de Craviotto, Manuel, que hace dos años fue campeón mundial de veteranos en K1 maratón, le subió ya en una piragua siendo un bebé. Y aunque Saúl soñaba con jugar en el Barça, el piragüismo estaba en sus genes. Ya antes de ganar el oro en Pekín 2008 en un esprint prodigioso, ya era policía nacional y siguió patrullando en el mismo coche con su compañeros ‘Perucho’ por Gijón. “¡Si tú eres el del piragüismo!”, recuerda que le soltó un sospechoso cuando le cacheaba en una operación contra el menudeo de droga.
ESPAÑOLES CON MÁS MEDALLAS | |
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Saúl Craviotto (Piragüismo) | 6 |
David Cal (Piragüismo) | 5 |
Joan Llaneras (Ciclismo pista) | 4 |
Mireia Belmonte (Natación) | 4 |
Andrea Fuentes (Sincronizada) | 4 |
Arantxa Sánchez Vicario (Tenis) | 4 |
Craviotto, que esconde un carácter hipercompetitivo en un cuerpo de 1,92 kg y 98 kg, siempre ha vivido “con el agua al cuello” entre trials internos y preolímpicos. Pero siempre ha sacado la cabeza. Padre de tres niñas, durante la pandemia se reincorporó a la comisaría de Gijón para dar el callo en primera línea. Entonces ya era muy popular... Por ganar MasterChef en 2017. “Cuando me lo propusieron, no sabía hacer ni una tortilla”, recuerda. Se metió en Casa Gerardo, con la constancia de un deportista de élite aprendió y acabó siendo el triunfador.
En un equilibro que parece imposible, el ‘yerno perfecto’ es capaz de atender a su familia, entrenar entre Trasona (Asturias) y Sevilla, realizar una labor de embajador de varias marcas y dar charlas en multitud de empresas para directivos. Una joya dentro y fuera del canal.