Ana Peleteiro entra en modo ‘guerra’: un salto y a la final
La triplista exprime la ley del esfuerzo justo para no desgastar ni un gramo extra de energía para la final de mañana (20:20). 14,36 y a soñar con medalla.
“Dependo muchísimo de mi velocidad, por eso el plan es llegar lo más rápido posible a la tabla. Lo hicimos en Tokio y salió bien. Creo que sí puede ser la clave del resultado que logre en los Juegos”, decía Ana Peleteiro (Ribeira, 28 años) a AS pocos días antes de viajar a París. La “atleta de guerra” como le denomina su entrenador, Iván Pedroso, ‘el ‘Panoramix del pasillo de triple’, ha demostrado en la clasificación de París 2024 que está preparada para el gran objetivo. La gallega ya tiene una medalla olímpica en el zurrón (bronce en Tokio 2020) y con la certeza de que ninguna de las 29 triplistas con las que se enfrentaría en la clasificación son mejores que ella cuando la competición es del más alto calibre. “A mí lo que me gusta es competir”, explica con brillo en los ojos.
En el pasillo morado del ‘Stade de France’, la vigente campeona de Europa quería estar lo mínimo posible de cara a no perder ni un gramo extra de fuerza para la final (sábado, 20:20). Si podía realizar únicamente un ‘hop, step and jump’ mejor que dos; y por supuesto intentar no tener que realizar tres. Con la presión añadida mental que significaría. La fuerza de su cabeza es una de las claves de Ana. “Tener la presión de que me vean como aspirante a medalla me gusta y me inspira porque significa que se confía en mí y en mi trabajo. Por eso no lo debo gestionar de una forma negativa, todo lo contrario”, afirma.
Salto inicial. Posición 8ª, grupo B. Ana comienza su ritual. 14,36 (viento de -0.7; tercer brinco más largo entre las doce finalistas). Pedían 14,35 para la Q mayúscula. Desempeño perfecto. Mínimo esfuerzo para un prodigio como ella. Tocaba recoger los bártulos. El trabajo había sido perfecto. Sin desgastar absolutamente nada. Sonrisa fugaz, gesto serio. Concentración. 24 horas para buscar su segunda medalla olímpica. El mismo día en el que el gimnasta Ray Zapata, cuya hija Olympia es ahijada de Ana, intentará reeditar su medalla de plata en suelo. Como pasó en Tokio el 1 de agosto de 2021. Ese mismo día Peleteiro se llevó el bronce y lo celebró con la campeona Yulimar Rojas, ausente en París. El trono está vacante.
“Suficiente. No se necesitaba nada más, así que contenta. Me habría gustado dejarme menos en la tabla, pero deberes hechos. Con el estadio lleno y esta atmósfera en una pista que me encanta me he sentido como Taylor Swift, en negro (ríe). Con este ambiente lo vivo como una performance. De hecho estaba un poco nerviosa y el ritmo de las palmas me ayudó a tranquilizar las pulsaciones y hacer lo que tenía que hacer hoy, meterme en la final. Ahora a descansar, continuar con el foco y hacer caso a Iván, decía Ana en zona mixta.
Por último, Peleteiro mostraba su extrañeza por tener la final tan seguida a la clasificación, donde la mejor fue la cubana Leyanis Pérez (14,68): “Es la primera vez en la historia que la final es al día siguiente y no estamos acostumbradas, pero creo que es porque Yulimar (Rojas) quería doblar prueba y era la forma más ágil de poder hacerlo porque no tiene sentido. La longitud sí suele ser seguido y esta vez han puesto un día en el medio. A lo mejor se han equivocado escribiendo... Será todo un reto, pero con Iván lo hemos preparado muy bien. En la final irá todo bien”, decía Ana en zona mixta. “Siempre hay que contar con Ana en los campeonatos importantes. Es tremendamente competitiva y la presión le hace sacar su mejor versión”, avisa el gurú Pedroso.