“Quiero aportar mi granito de arena y cambiar el mundo”

Por las calles de Barcelona, en marzo del año pasado, Álex Roca corrió de amarillo chillón. Su equipo, que le rodeaba, lo hacía de negro. Llevaba toda una vida escondiéndose, dice, y en ese momento, a las puertas de la historia, cuando sabía que podía lanzar un mensaje al mundo, quería que se le viera bien. Entonces, el deportista español se convirtió en la primera persona del mundo con un 76% de discapacidad en terminar una maratón. Este sábado, en París, afrontará la distancia de Filípedes por segunda vez. Lo hará de noche (21:00), en la carrera popular, después de que los Juegos Olímpicos hayan repartido sus medallas. De su cuello no colgará ningún metal, pero su imagen, como tantas otras veces, también recorrerá el globo.

“Álex es muy resiliente. Eso lo resume todo. Utiliza cosas malas para sacar fuerzas y lograr todo lo que está logrando. El éxito es relativo y, para él, el éxito es llegar a la meta feliz”, dice Mari Carmen, esposa e intérprete, que no deja ni terminar las frases a su cónyuge. Se entienden solo con la mirada. “Yo creo que he venido a este mundo a cambiar un poco la percepción de la sociedad y el deporte es una forma muy bonita de transmitir valores y respeto”, ratifica Roca, en una visita a este periódico, justo antes de zarpar hacia su inminente objetivo.

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Su trayecto hasta París no ha sido corto. Ni a nivel vital ni puramente deportivo. A los seis meses de vida, sufrió un herpes cerebral. Tiene una movilidad muy reducida en la parte izquierda de su cuerpo y se comunica a través de una lengua de signos adaptada a sus condiciones. Su participación en la maratón de París, además, ha formado parte de algo mucho más grande. Este año, en poco más de dos meses, completó cinco medias (Miami, Barcelona, Londres, Milán y Madrid) con el objetivo de prepararse y desembocar a lo grande en tierras francesas.

Después de varios días de aclimatación a la ciudad, con la Torre Eiffel como testigo, llega el momento. Y Álex tiene un deseo. “Me haría ilusión compartir unos metros con Eliud Kipchoge”, lanza a modo de petición. “El año pasado, me felicitó cuando terminé la maratón y me hizo muy feliz. Es muy heavy. Él corre por la mañanay yo por la noche el mismo recorrido. A ver si se une al menos 100 metros para correrlos conmigo. Sé que es muy difícil, pero yo se lo dejo caer. Seguro que estará petado, pero yo creo que 100 metros a mi ritmo los puede hacer. Para él es andar”, dice entre risas, proyectando la que puede ser una de las grandes fotos de estos Juegos.

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Una vida peleando

Álex, atleta de Nike, embajador de la Fundación del Fútbol Club Barcelona y de Allianz, se considera “un luchador de la vida y un motivador que quiere aportar un pequeño granito de arena para cambiar el mundo”. “Tengo una parálisis cerebral de un 76% de discapacidad física y una hemiplejia en la parte izquierda del cuerpo, pero que esto no me ha impedido soñar a lo grande para a través del deporte poder comunicar y mandar un mensaje al mundo: el límite nos lo ponemos nosotros mismos. Se pueden conseguir cosas que parecen imposibles y para eso es importante luchar sin quejarse”, afirma.

Su partenaire de vida es clave y Álex lo tiene claro: “Mari Carmen es mi complemento ideal. Yo hablo a través de ella con el lenguaje de signos, pero además ella tiene esa parte de organización, rigidez y perfeccionismo que hace que todo sea mucho más fácil. Somos un tándem perfecto y es tan especial porque todo está creado con amor entre ambos”, le dedica. Pese a sus dificultades físicas, Roca ha experimentado en varios deportes: “Empecé con el fútbol, luego triatlones y después ciclismo antes del atletismo. En la pandemia no podía ir en tándem y me di cuenta de que siempre dependía de alguien. Para correr no necesita más que unas zapatillas, un pantalón y a mí mismo. Es mucho más fácil todo para mí. Y además descubrí la desconexión, es mi momento salir a correr”, desgrana.

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Los inicios, como casi siempre, aún más en su caso, no fueron fáciles. “Empecé corriendo un kilómetro y jamás habría imaginado poder llegar a pensar en cubrir una maratón. Tener un récord Guinness al acabar la Maratón de Barcelona es una pasada. En 2017 hice mis primeros 10 km en 1h:17 y ahora lo hago en 57 minutos. Cuando me propuso hacer media maratón me sorprendió la desconfianza del mundo. Aun así, seguí y al terminarla pensé que sería la única que haría. Creía que era mi límite. Y no, pero ahora la gente piensa que voy a poder volar. En 2023 cumplí el sueño de la maratón. Me sigo sorprendiendo a mí mismo, pero no puedo asegurar que pueda completar la de París porque en realidad esto que hago es una locura. No conozco el recorrido, no están mis médicos, temperatura muy alta el 10 de agosto, inicio 21:00 y final 3:00-4:00 de la madrugada... Eso sí, me encantaría poder completar el objetivo. Llevo muchos meses trabajando mi cuerpo con un nutricionista, un médico del sueño porque tengo epilepsia, entreno la mente con el psicólogo...”, describe sobre su siguiente reto.

Roca es un superhéroe que también ha dudado de sí mismo: “En febrero me sentí sin motivación y sin ilusión. Al llegar al hotel de Londres tras una media maratón me di cuenta de que no lo había celebrado. Y pensé que en algo me estaba equivocando. Se empezaba a ver normal, incluyéndome a mí mismo, que consiguiera los retos y pensé que quizá la gente no valoraba lo que supone realmente para mí correr tantos kilómetros. Es clave también la conexión que tengo con cada miembro de mi equipo. La confianza mutua es total”, reflexiona entre recuerdos. Y en esa vuelta a creer siempre, hay una figura que le inspira: “Rafa Nadal es un gran referente. Tiene un gran valor llegar y mantenerse. Tiene una fuerza mental increíble, nunca he visto una mente así. Su cabeza es capaz de cambiar las situaciones. Yo tengo mucha fuerza también por la vida que he tenido y las situaciones duras que he tenido que soportar”.

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Sin intención de parar, siempre avanzando

Es el recorrido vital de un Álex Roca que, después de París, no se detendrá. “No quiero pensar en lo que viene, porque es tan grande en lo que estoy ahora mismo que no puede ver más allá. A veces, los humanos tendemos a mirar mucho hacia el futuro, pero hay que estar en el presente”, reflexiona, aunque no puede morderse la lengua. “Es verdad que me encanta que me vean como deportista, pero también como otras cosas”, anticipa. “En septiembre, en Madrid, van a pasar cosas. Estarán relacionadas con la belleza, no solo con el deporte. Espero que podáis coger el mando de la televisión y veáis cosas mías. La moda y la televisión creo que van a formar parte de mi vida los próximos años”, revela. Roca nunca para. Y encuentra nuevos caminos para inspirar.

As Deporte en Positivo es un proyecto de compromiso social que fomenta los valores asociados intrínsecamente al deporte tales como el respeto, la equidad, la inclusión, la humildad, la disciplina o la diversidad. Frente a la crispación y al ruido que tan presentes están en la actualidad deportiva en los últimos tiempos, esta iniciativa recuerda que más allá de los goles, las canastas y los récords, el deporte tiene un gran potencial como elemento transformador de la sociedad.