Alcaraz, chapa a la vista
El español se sobrepone al cansancio para superar a Tommy Paul (13º del mundo) y se asegura jugar por medalla. Mañana (13:30), semifinal contra Auger-Aliassime.
Tras la pesadilla que despertó del sueño a Carlos Alcaraz, el de ganar una medalla olímpica en dobles junto a su ídolo Rafa Nadal, tocaba borrar de la mente lo malo cuanto antes para proseguir con lo bueno. Y lo bueno es que tiene la opción del individual. Y que después de acabar el miércoles tarde, a mediodía del jueves debía estar ya en la pista ante Tommy Paul. “Voy a ver si consigo dormir unas horas decentes para estar listo”, se despedía de la prensa tras perder contra Ram y Krajicek. Y logró vencer al cansancio y a la decepción para derrotar al número 13º del mundo por 6-3, y 7-6 (9/7) en 2h:01. En un partido jugado al límite y en el que estuvo a un punto de irse a un tercer set.
La anhelada chapa ya está a una sola victoria, ante Felix Auger-Aliassime este viernes a las 13:30 horas. Y de no conseguirla, queda el consuelo de buscar el bronce. El partido por el tercer puesto sería el sábado. Y por el oro, el domingo.
Con la reina Letizia, abanico en mano porque el calor sigue siendo agobiante, animando la primera, Alcaraz disputó un buen primer set. En el que logró un break para 4-2 que sostuvo hasta el final. Un manotazo ‘a lo Nadal’ arrastró poco después a la grada más a su favor, porque el campeón de Roland Garros es el favorito del público una vez la leyenda está fuera. Pero el murciano no estaba del todo cómodo. Tampoco con la pista. “¡Me voy a matar ahí!” se le escuchó después de quedarse un poco enganchado en una tierra que ya dio problemas en junio.
En el segundo, el peso de los partidos y un eléctrico Paul se le echaron encima. Ganar cada punto al estadounidense (3-2 previo) era una agonía. En el segundo juego perdió su servicio. Todo se encaminaba a una peligrosa tercera manga, con un rival enchufado... Y llegó la magia. Recuperó la desventaja con una cabalgada por el fondo de pista para inventarse un drive paralelo y se llevó el índice a la oreja para escuchar el rugido. Llegado al tie-break, salvó una bola de set subiendo a la red para contrarrestar una volea que parecía imposible y acabó ganando.
“Ha sido una victoria de pura lucha, de pura garra. Físicamente no estoy en mi mejor momento, me levanté bastante cansado por la intensidad del día anterior, pero estoy jugando por España y es lo que me tira para arriba, para no pensar en el cansancio”, reconoció el actual campeón de Roland Garros, mientras en otra pista caía el actual campeón olímpico, el alemán Alexander Zverev, frente al italiano Lorenzo Musetti por un doble 7-5.