El bronce es un broche de oro
La Selección masculina de waterpolo se mide a Hungría este domingo (6:40) en busca de la tercera medalla de su historia después del cruel partido ante Serbia.
No hubo manera de dormir. Ni de dejar de darle vueltas a una semifinal cruel, que le abrió a España las puertas de la final (6-8, en el último cuarto) y luego se las cerró de golpe cuando ya tenía un pie dentro (10-9). Pero las oportunidades de subirse a un podio olímpico solo llegan cada cuatro años, demasiado tiempo para jugadoras que afrontan su último periodo después de una carrera larga y exitosa, como Dani López Pinedo (41), Felipe Perrone (35), Fran Fernández (35) o Blai Mallarach (34).
Es por eso que el sábado no hubo momentos de dramas. Todos se aunaron en recuperarse psicológica y físicamente después de un duro desgaste y ganar a Hungría (6:40), selección con la que han estado entrenando durante estos últimos meses, para despedirse con un bronce. Sería la tercera medalla en la historia del waterpolo en unos Juegos. Poca broma. Solo superado por la plata de Barcelona 1992 y el oro de Atlanta 96. Pero el bronce sería un broche de oro a la trayectoria de una Selección sola batida por un equipo histórico como el de Serbia.
“Hungría es una selección con mucho talento, con grandes jugadores que pueden resolver los partidos a nivel individual, deberemos hacer un gran trabajo defensivo”, apuntó David Martín sobre Hungría antes del torneo. En el país magiar, donde el waterpolo es una religión (fueron oro olímpico en 2000, 2004 y 2008), ha cierta decepción por no entrar en la final después de perder ante Grecia, una selección con la que nadie contaba.
El técnico Tamas Marcz, que fue oro en Sindey 2000, ha blindado al equipo desde que empezó la preparación olímpica, sometidos a mucha presión por conseguir un medalla. En el Europeo de 2020, en la piscina Duna Arena de Budapest, Hungría derrotó a España en la final en los penaltis. Fue un encuentro de muchos goles, equilibrado, lo que se espera para este sábado en la piscina de Tatsumi.
El bronce también supondría las dos medallas de las selecciones de waterpolo en Tokio. Una actuación memorable, que solo ocurrió en Río 2016 con el baloncesto, cuando la femenina fue plata y la masculina, bronce. Después de llegar a una semifinal 21 años después, España quiere ahora tocar podio tras 25. Lo logre o no, habrá vuelto al sitio que le corresponde. Tokio formará parte de una página de oro de otra generación extiosa.