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JUEGOS OLÍMPICOS

Luis Grijalva: "Arriesgué no poder volver a entrar a EE.UU. por competir en Tokio"

Luis Grijalva no sólo lleva la bandera de Guatemala en Tokio. "Demostré que los inmigrantes podemos hacer grandes cosas". Competirá en la final de los 5.000 metros.

TokioActualizado a
Luis Grijalva: "Arriesgué no poder volver a entrar a EE.UU. por competir en Tokio"

"¿Qué arriesgué por estar aquí? Todo..."

Luis Grijalva está empapado. Acaba de correr los 5.000 metros bajo el calor y la humedad asfixiante de Tokio. "Caliente, caliente", dice, mientras transmite una felicidad inmensa por clasificar a la final. Un resultado que toma más valor por lo que tuvo que hacer para llegar aquí. "Recién el lunes me confirmaron que podía viajar a Japón. Arriesgué no poder volver a entrar a Estados Unidos por representar a Guatemala aquí".

Nacido en Ciudad de Guatemala, al año se trasladó con su madre y padre a Estados Unidos en busca de un futuro que ahí no existía. Vivió en Nueva York, luego en California.  Nunca le faltó nada, nunca le sobró. Él tampoco necesitaba mucho. "Era feliz corriendo". 

A medida que creció se dio cuenta, además, que era bueno para eso. Ganó todo en la secundaria Armijo de Fairfield. Luego consiguió una beca completa en la Universidad de Arizona. "Quizás nunca hubiese obtenido un título o corredor profesional si mis padres no hubiesen emigrado de Guatemala", reconoce mirando hacía atrás.

Él, de todas formas quiso representar a su país de origen. Un deseo que cobró más fuerza cuando se clasificó a los Juegos Olímpicos como el corredor más rápido en la historia de Guatemala. Sin embargo, ahí también surgió el problema. En 2012, Grijalva fue uno de los beneficiados por un programa de Barack Obama que protegía de la deportación a 650.000 personas que llegaron cuando niños a Estados Unidos. A cambio, si aquellos beneficiados salían del país no podían volver a entrar.

"No importa que sean unos Juegos Olímpicos o el trabajo más importante del mundo, la oficina de inmigración no hace excepciones", cuenta. Él no se rindió y busca sentar un precedente. Junto a una abogada defendió su caso. "Les dije la verdad: que representar a Guatemala y estar en unos Juegos Olímpicos era todo para mí".  

En el Estadio Olímpico, Grivalja eleva alto la bandera de Guatemala: "Demostré que sí se puede. Y si yo pude, todos pueden hacerlo". Pero no es la única que representa. "Yo también soy un inmigrante. Llegué cuando tenía un año, no soy un citizen, soy un dreamer. Y pude demostrar que los inmigrantes podemos hacer grandes cosas".