Los caballos también tocan la gloria y mueren en Tokio
Alemania retira para la cría a su yegua Bella Rose con oro y plata, y se Suiza se mantiene la polémica por el sacrificio de Jet Set
La decisión del joven jinete suizo Robin Godel (22 años) de permitir que se sacificase a su caballo Jet Set, que se lesionó en una pata delantera en la prueba de campo a través de los Juegos, ha levantado una polémica encendida en los países de centro Europa, entre las críticas a la decisón y las más moderadas por entender que era la única solución.
Enfrente, en Alemania anuncian la retirada de la yegua Bella Rose, que a asus 17 años será dedicada a la cría, volviendo a casa con el oro por equipos y la plata individial en doma con Isabell Werth como amazona. Bella Rose no es un caballo cualquiera, sino que durante unos años rivalizó directamente con Totilas, fallecido el año pasado con 20 años. Totilas, que en su día se vendió por más de 20 millones de euros, pasa por ser animal más caro de la historia del deporte.
La rivalidad no duró mucho, porque Bella Rose se lesionó en los cascos, y parecía que no volvería a la competición mientras que Totilas pasó a las cuadras como el semental que más cobraba por monta, más de 7.000 euros si cubría a la yegua. Pero Bella Rose reapareció, y desde 2017 estaba en primera fila, con la despedida prevista en Tokio, porque con 17 años ya tiene edad para la jubilación feliz.
En Río de Janeiro, 2016, la holandesa Adeline Cornelisson, salió a la pista saludó, y se retiró a lomos de Parvizal. Explicó que su caballo llevaba unos días enfermo, y aunque posiblemente podía competir en el concurso de la doma, no quería poner en riesgo la salud del animal, lo que le valió una tremenda ola de simpatía hacia ella.
Ahora, la cuestión es decidir si Jet Set podía salvarse. La lesión que se ha sufrido prácticamente, en la mayoría de los casos, es irreversible: operación difícil en la pata, y luego un tiempo de recuperación de varios meses con el caballo colgado para evitar que apoye sus cascos con la ansiedad que produce a un animal acostumbrado a la competición. La mayoría de los veterinaios opinan que en estas circunstancias lo mejor es evitar el sufrimiento del animal, y se acepta y da por buena la soluición de Godell, un campeón precoz en Suiza, que lleva destacando desde los 14 años en su país.
Un caballo de este nivel, calidad y años, no baja del medio millón de euros, porque aún le podían quedar dos años de competición. La inversión en él, sólo por estar en Tokio, no baja de los 50,000 euros por tres semanas en Tokio, sin contar con los gastos de mozos ayudantes, psicólogo y veterinario, y aunque todos estos animales de élite están asegurados, los dueños pierden dinero con el sacrificio. Con todo, en los próximos días se conocerán los resultados de la autopsia a que obliga la Federación Internacional.