La trama para que Arley Méndez pueda estar en Tokio tras dar positivo por marihuana

El último mes de Arley Méndez previo a los Juegos Olímpícos no fue como él esperaba. Una bomba estalló cuando quedaba poco para embarcarse a Japón. En un control realizado en un clasificatorio en Colombia, dio positivo por consumo de cannabis.

La suspensión fue un golpe duro para Arley, que contaba con escaso margen para preparar una defensa. De paso arriesgaba perder de inmediato la Beca Proddar, uno de sus ingresos más importantes, y también estaba impedido de entrenar en cualquier recinto estatal.

Había que moverse rápido. A fines de junio, en una carta enviada a la International Testing Agency (ITA), el pesista asumió su responsabilidad: reconoció la presencia de marihuana en su cuerpo, pero especificó que se había producido fuera de competencia.

A comienzos de julio llegó la respuesta. La ITA decidió sancionarlo con el castigo mínimo que contempla el Código de la Agencia Mundial de Antidopaje: tres meses, que podían ser reducidos a uno (desde el control) a si se sometía a un programa antidrogas de abuso reconocido por la Federación Internacional de Halterofilia (IWF).

Méndez aceptó. En pocos días pasó de la pena absoluta a estar otra vez arriba del avión a Tokio. Sin embargo, la alerta está encendida en el Coch. “Sí fue una situación que nos sorprendió, pero finalmente pudo obtener el castigo mínimo, y estar aquí, que nos alegra mucho. Pero es un tema serio. Nuestros deportistas tienen un rol que cumplir, son referentes, y deben cuidarse”, afirma Miguel Ángel Mujica.

El haltera finalmente aterrizó en Tokio hace un par de días. Lo hace tras superar la pesadilla, precedido de varias lesiones y lejos de la preparación que lo llevó a ser tricampeón del mundo en 2017. Sin embargo, en el Team Chile siguen confiando en él: saben que es uno de los más talentosos de la delegación chilena. Ahora depende de él.