España se abraza a la vela

Mientras el oro olímpico se resiste en el resto de deportes y disciplinas, la vela vuelve a ser garantía de éxitos. Tras la sequía de medallas en Río, la flota nacional está en disposición de optar a podio hasta en seis clases. Las jornadas entre el lunes y el miércoles podrían ser de vértigo, con dos finales por día y con muy probable representación española en todas ellas.

Por segundo día consecutivo, este jueves destacó sobremanera la participación del dueto que conforman Diego Botín y Iago López-Marra en el 49er masculino. Su remontada en la primera regata del día valió para que se auparan a la primera posición de la general (ahora compartida con Gran Bretaña). Aspiran a conquistarla definitivamente en la 'Medal Race' del lunes y la pareja inglesa Fletcher-Bithell se perfila como su gran rival para el oro.

Las otras buenas noticias del día vinieron desde muy temprano en el 470 femenino, donde Patricia Cantero y Silvia Mas se desquitaron de las dificultades de la jornada previa y demostraron gran destreza para situarse con las mejores. Van a más y son séptimas de la general. Polonia y Francia despuntan como principales amenazas.

Y un día más, se sitúa en posiciones de privilegio el balear Joan Cardona. Fue el último de los regatistas nacionales en sellar su participación para los Juegos de Tokio y ha llegado como una flecha. Su regularidad es la mejor baza del mallorquín para opositar a la plaza dorada del podio. Ya lleva seis regatas consumidas y no hay motivos para dudar de sus opciones, muy reales, de triunfar en la final del martes en la isla de Enoshima. De momento, se sitúa líder y con una magnífica serie de resultados (su peor puesto ha sido un quinto) que invita a soñar con el escalafón más alto en la clase Finn.

Quien ya acaba su concurso olímpico es Beatriz Manchón, que quedó apeada por poco de la 'medal race' de windsurfing. Volvía a los Juegos 17 años después de su estreno en Atenas. En cambio sí se clasificó -aunque sin posibilidad de acabar entre los tres mejores- el grancanario Ángel Granda, quien había empezado con mucho vigor en las aguas de Enoshima. Con el paso de los días se fueron desinflando sus opciones de podio, si bien puede darse por muy satisfecho si logra atar el diploma olímpico en la regata final.