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JUEGOS OLÍMPICOS

Los Juegos del silencio: cuatro chilenos cuentan qué se siente

Tokio se realizó en un ambiente inédito: sin espectadores. Una fiesta a la que nadie llegó. Los deportistas cuentan cómo fue competir así.

Tokio
Chile, right, takes on Poland on Centre Court in Shiokaze Park during a men's beach volleyball match at the 2020 Summer Olympics, Tuesday, July 27, 2021, in Tokyo, Japan. (AP Photo/Felipe Dana)
Felipe DanaAP

Los Juegos Olímpicos de Tokio no son comparables con ningún otro. No se puede. La ausencia de público le quitó uno de los ingredientes más importantes al evento, acostumbrado a la euforia, las tribunas llenas y el alboroto en la Villa Olímpica.

Por ejemplo, en la cancha 8 del Centro de Tenis de Ariake se pudo escuchar todo lo que Marcelo Tomás Barrios dice: las quejas, las motivaciones, el silencio. Afuera el escenario es desolador. Una infraestructura capacitada para recibir un Masters 1000 luce como una estación fantasma. Una fiesta a la que nadie vino. 

En el Centro de Tiro de Asaka, los disparos interminables asustaban a los pájaros y mosquitos que revoloteaban cerca del campo de tiro. Ahí adentro Francisca Crovetto hacía lo suyo: se movía de un lado a otro, buscaba sombra antes de cada estación y observaba las tribunas vacías. Una escena opuesta a la fiesta de Londres o el carnaval de Río.

"Es diferente. Uno ve está infraestructura gigante y piensa lo increíble que hubiesen sido. Pero felices que se hayan realizado. Todos teníamos miedo de que no se hicieran y finalmente se pudo", reflexiona.

Para algunos la ausencia de público puede ser beneficiosa. Así lo cree el arquero Andrés Aguilar, quien además es estudiante de sicología. “Muchos ven el público como una presión extra y acá lo pueden llevar como si fuese un entrenamiento. Hacen lo suyo y eso puede ser bueno".

Eduardo Cisternas se inscribe más cerca de esa línea. “Estaba un poco nervioso”, admitió tras su debut en el Centro Acuático de Tokio, quizás uno de los sitios que reúne más gente en las tribunas: todos son prensa, invitados o delegados. Ahí los países más grandes como Australia, Estados Unidos o Alemania forman sus propias barras. Un pequeño oaisis de unos Juegos paradójicos.