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Tokio 2021

La historia de las mujeres en los Juegos Olímpicos y la evolución de la igualdad en el deporte

Las mujeres y su historia de lucha por participar en los Juegos Olímpicos desde su primera aparición en París 1900 hasta el culmen en Tokio 2021.

La historia de las mujeres en los Juegos Olímpicos y la evolución de la igualdad en el deporte
AFP

La lucha por la igualdad entre hombres y mujeres es una contienda que hoy en día sigue siendo necesaria, también en el ámbito deportivo. Las mujeres tienen un papel crucial en el deporte, pero han tenido que pelear durante muchos años para poder tener la visibilidad de la que siempre han gozado los deportistas masculinos.

Los Juegos Olímpicos no son una excepción, la discriminación hacia las mujeres en las Olimpiadas ha sido una realidad en el pasado, y así se mantuvo durante muchos años. Una tendencia que ha cambiado con el tiempo tras años de lucha y reivindicación femenina

El veto a las mujeres en la Antigua Grecia

La relación entre las mujeres y el deporte siempre ha sido complicada debido a las limitaciones impuestas por la propia sociedad y la constante discriminación hacia las deportistas. Ya desde la Antigua Grecia, los fundadores de las Olimpiadas no consideraron a las mujeres para participar en el que posteriormente se convertiría en el mayor evento deportivo de la historia. 

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EFE

Las trabas de la sociedad hacia las mujeres eran tales que los organizadores ni siquiera les dejaban asistir a los Juegos como espectadoras. La única excepción que se permitía era la de las mujeres solteras. Sin embargo, aquellas que formaran parte de un matrimonio tenían prohibido acceder a Olimpia para presenciar las hazañas de los deportistas. Por suerte, y tras años de reivindicación, esta situación cambió con la llegada de las Olimpiadas modernas. 

El cambio de los Juegos Olímpicos modernos 

En 1886 se celebró en Atenas la primera edición de los Juegos Olímpicos de la modernidad. Las Olimpiadas se habían transformado con los años hasta convertirse en un evento internacional al que todos los deportistas querían asistir. En esta época aparece el nombre Pierre de Coubertin como uno de los grandes fundadores de lo que hoy conocemos como los Juegos Olímpicos modernos. 

El propio Pierre de Coubertin, como el resto de los dirigentes, era muy proactivo en cuanto a la modernización de los Juegos, pero no en lo que se refería a la inclusión de las mujeres en los mismos. “Los Juegos son la solemne y periódica exaltación del deporte masculino, con el aplauso de las mujeres como recompensa”,  solía decir el dirigente sobre la participación femenina en el deporte. Por suerte, la mentalidad de los organizadores, y ellos mismos, cambiaron con el paso de los años.

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Pese a la negativa inicial de los fundadores, las mujeres participaron por primera vez en los Juegos Olímpicos de 1900 celebrados en París. Cabe destacar que esta primera incursión femenina en las Olimpiadas fue meramente testimonial. La participación de las mujeres en el evento se consideró como algo extra oficial, limitando la inclusión de las mismas en deportes considerados 'de naturaleza femenina', según los organizadores.

Entre las disciplinas permitidas aparecía el golf, el croquet o el tenis como los grandes escenarios en los que llegaron a participar un total de 22 mujeres. Entre estas deportistas, destacaba la presencia de Charlotte Cooper, tenista reputada que ya había ganado Wimbledon en tres ocasiones y que se convirtió en la primera campeona olímpica de la historia. 

El avance de un movimiento imparable 

Cada vez eran más voces importantes las que se ponían en contra de la participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos modernos. El Papa Pío XI encabezaba por aquel entonces una campaña en contra de las mujeres en el deporte, pero nada pudo hacer ante la presión que ejercía el movimiento feminista. De esta forma, modalidades como el atletismo, la esgrima, la natación y la gimnasia empezaron a contar con mujeres entre sus competiciones. 

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Los Juegos de Ámsterdam en 1928 fueron un antes y un después para la inclusión de las mujeres en las Olimpiadas. En este evento internacional se inscribieron un total de 300 mujeres, representando poco más del 10% del total de deportistas. Muy a pesar de Pierre de Coubertin, el cuál dejó su cargo como presidente del COI antes de este evento. Aquí aparecen nombres tan importantes como el de Alice Melliat, fundadora de la Federación de Sociedades Femeninas de Francia y una de las organizadoras de la Federación Internacional Deportiva Femenina.

La participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos fue ampliando su porcentaje cada cuatro años. Finalmente, se acabó normalizando la presencia de mujeres deportistas en todas las disciplinas siendo las Olimpiadas de Atlanta en 1976 uno de los puntos clave para el progreso de la igualdad.

La consolidación del deporte olímpico femenino

Con la vuelta de los Juegos a su cuna (Atenas,2004), la participación de las mujeres seguía incrementándose hasta superar el 40% de los deportistas en el evento. Sin embargo, Londres 2012 se presentaron como las Olimpiadas con más participantes mujeres de la historia con un total de 4.850 deportistas. Es decir, un 46% del total. Un porcentaje que disminuyó hasta el 45% en las últimas Olimpiadas celebradas en Río de Janeiro y que parece que aumentará hasta el 49% en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Eso sí, los Juegos celebrados en Brasil pueden presumir de ostentar el récord de mayor número de medallas olímpicas femeninas de la historia con un 44% del total.

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Aris MessinisAFP

Por parte de España, los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 fueron la fecha en la que participaron más deportistas de nuestro país con un total de 129. Un récord que, según los datos del COE, quedará batido en pocos días gracias a la participación de 131 mujeres en los Juegos de Tokio 2021. Es decir, un 41,7% de los 314 deportistas de la expedición española está formado por mujeres. En el ámbito nacional la pioneras hay que destacar a mujeres pioneras como Lili Álvarez y Rosa Torras, las dos primeras deportistas olímpicas españolas de la historia que participaron en los Juegos de París (1924). 

Como puede verse a través de los datos y la historia, las mujeres siempre han tenido que luchar por conseguir ese merecido hueco entre los deportistas de élite. Además, el paso de los años ha demostrado que las deportistas son igual de válidas que los hombres y capaces de conseguir todo tipo de récords mundiales. Sin duda alguna , la mujer y su lucha por la igualdad en el deporte representa uno de los valores más destacados que sentaron las bases en Olimpia: la triunfante perseverancia.