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TOKIO 2020

Boicot a 2020

Canadá, Australia, Portugal y Noruega no irán a los Juegos en 2020 y piden al COI y a la OMS que la cita sea en 2021: “Nada es más importante que la salud”.

La delegación de Australia, durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
La delegación de Australia, durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Río 2016.Twitter @AnnaMearesGetty Images

Después de que el Comité Olímpico Internacional (COI) confirmara que se da cuatro semanas de margen para sopesar el aplazamiento de Tokio 2020, algunos países han aprovechado la ocasión para comunicar su negativa a disputar los Juegos en las fechas previstas, del 24 de julio al 9 de agosto. Canadá, en primer lugar, Australia, Portugal y Noruega aseguraron que “bajo ningún concepto” enviarán a sus deportistas en 2020 “debido a la pandemia de coronavirus” y exigen que la competición se traslade a 2021… al menos. “Porque nada es más importante que la salud de los atletas”. Dos de los cuatro organismos los dirigen miembros del COI, lo que convierte su posición de fuerza en todo un boicot dentro del movimiento.

Tricia Smith, la responsable del Comité Canadiense, se mostró contundente en su nota oficial: “Instamos al COI y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a posponer los Juegos un año. Ofrecemos nuestro apoyo para ayudarles a navegar por las complejidades que traerá una reprogramación”. El presidente del Comité Australiano, John Coates, se expresó en una línea similar: “Tras el anuncio del COI sobre que Tokio 2020 posiblemente se retrase, queremos que los deportistas australianos se preparen para los Juegos de cara al verano de 2021, por los cambios en la situación de la salud pública en nuestro país y el resto del mundo”.

En el seno del COI son conscientes de que un aplazamiento resulta “cada vez más necesario”. Juan Antonio Samaranch, vicepresidente de la institución, conoce de primera mano la postura de las federaciones españolas favorable a que se modifique el calendario actual. “Trabajamos en diversos escenarios. Seguramente los Juegos deban posponerse”. La secretaria de Estado para el Deporte, Irene Lozano, no cree que exista otra opción: “Nos queda muy claro que Tokio 2020 se va a postergar en el tiempo”. Alejandro Blanco, máximo dirigente del Comité Español, también recibió los últimos movimientos con agrado: “Que se sopese otro plan nos parece positivo, pese a que continúe la incertidumbre”.

Esta vacilación molesta a la Federación de Atletismo: “La ambigüedad del COI no beneficia en nada a los implicados”. World Athletics, la Internacional comandada por Sebastian Coe (excluido en enero como integrante del COI por “incompatibilidad de intereses” al ejercer aparte como consultor), lanzó un mensaje más concluyente: “No es ni factible ni deseable la celebración de los Juegos en julio de 2020. Facilitaríamos que nuestro Mundial de 2021, en Eugene, Estados Unidos, se atrase a 2022”. Mireia Belmonte, oro en Río, además de doble plata y un bronce olímpicos, manifestó su disconformidad ante tanta duda: “Primero, la salud de las personas. Y luego, que los atletas dispongamos de la seguridad de afrontar unos Juegos al máximo nivel, en igualdad y en los que todos se hayan entrenado a tope”.

Así, los Comités Organizador, Olímpico y el Gobierno de Japón empiezan a ceder frente a la presión. El primer ministro nipón, Shinzo Abe, habló de su voluntad para que se retrase una de las mayores apuestas económicas de su nación: “Si se complica seguir adelante, tal y como estaba previsto, por el bienestar de los atletas sería inevitable abordar la decisión de postergar el programa”. El presidente de Tokio 2020, Yoshiro Mori, corroboró las palabras de Thomas Bach acerca de la búsqueda de nuevas fechas: “No se cancelarán las competiciones”. Y cerró el debate: “Nuestro temor radica en el coste que supondría atrasar los Juegos. Es frustrante oír las críticas de que no nos preocupamos por los deportistas”. Si no se produce el aplazamiento, Tokio correrá la misma suerte que Montreal 1976, Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, las citas boicoteadas con anterioridad.