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JUEGOS OLÍMPICOS

La débil llama de Tokio prendió en Olimpia

La antorcha, que debería llegar al estadio de Tokio el 24 de julio, inicia su relevo. Bach: "Demuestra nuestro deseo de que los Juegos sean un éxito".

Actualizado a
La actriz Xanthi Georgiou enciende la llama olímpica de los Juegos Olímpicos de Tokio en la ceremonia celebrada este jueves en la ciudad griega de Olimpia.
ARIS MESSINISAFP

El fuego olímpico, que debería acabar iluminando el nuevo Estadio Nacional de Tokio el próximo 24 de julio, prendió esta mañana en Olimpia (Grecia). Una llama que parece más débil que nunca por la pandemia global del coronavirus que paraliza el deporte mundial y amenaza con llevarse por delante también los Juegos, algo que sólo ha ocurrido en tres ediciones durante las grandes guerras (1916, 1940 y 1944).

En las ruinas de la antigua Olimpia, donde arrancaron los Juegos de la Antigüedad 776 años antes de Cristo, y como ocurre desde Berlín 1936, se inició la cuenta atrás para la gran cita del deporte mundial. Pero sólo cien personas, en un evento a puerta cerrada para prevenir la expansión del Covid-19, pudieron asistir a la ceremonia en la que la actriz Xanthi Georgiou ejerció de Suma Sacerdotisa del Templo de Hera, invocó al dios del sol y encendió la llama en un espejo cóncavo con la ayuda de los rayos. Luego entregó la antorcha, por primera vez en el relevo inicial, a una mujer, la campeona olímpica de tiro helena Anna Korakaki. Que a su vez la pasó a la japonesa Mizuki Noguchi, oro en maratón en Atenas 2004.

Thomas Bach, sumo sacerdote del Comité Olímpico Internacional, estuvo presente. Y de fondo resonaron sus palabras de hace unos días: "Ni cancelar ni posponer Tokio 2020 está sobre la mesa". También las que pronunció unas horas antes la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike: "No creo que sea posible una cancelación". El alemán, en su discurso, dio las gracias a Grecia "por hacer posible esta ceremonia en unas circunstancias difíciles". "Esto demuestra nuestro deseo de que los juegos sean un éxito. El fuego representa el deseo de un futuro mejor", dijo.

La llama de la antorcha, que en su boca tiene forma de la venerada flor del cerezo (sakura), se alimenta de un hidrógeno que no contamina con CO2 y que se produce en Namie, una ciudad de la región de Fukushima que fue golpeada por el tsunami hace nueve años. Tiene parte de aluminio, reciclado de las casas temporales para los afectados. Dos mensajes: Juegos sostenibles y de esperanza para las zonas devastadas. Precisamente el 26 de marzo se iniciará el relevo por Japón desde Fukushima. Durante 121 días, con 10.000 relevistas, por las 47 prefecturas. La meta está en el 24 de julio en Tokio. Si el coronavirus no la apaga antes.