NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

PYEONGCHANG 2018

‘Superjavi’, a por la medalla que le falta: ahora o nunca

Esta madrugada (06:14) comienza con el programa corto. Yuzuru Hanyu, Nathan Chen, Shoma Uno y Patrick Chan, principales rivales del español.

Javier Fernández posa delante de las banderas de la Villa Olímpica de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang.
VALDRIN XHEMAJEFE

A las 6:14 de esta madrugada, Javier Fernández afronta el programa corto más importante de su vida, el que le puede dar el primer paso a la medalla olímpica, la joya que falta en una sala de trofeos del barrio madrileño de Cuatro Vientos en la que hay dos oros mundiales, seis continentales y un sinfín de trofeos. En la casa viven Enriqueta y Antonio, sus padres, que estarán en el Gangneung Ice Arena, donde su hijo Javi, con 26 años, será Chaplin en Tiempos Modernos en el programa corto.

En su show reducido, de apenas tres minutos de duración, hará dos saltos cuádruples, los primeros brincos que serán un bonus o una losa en su camino hacia el podio que se decidirá en la madrugada de mañana al sábado con el programa largo. Tras ser un pipiolo en Vancouver 2010, y la “espina clavada” del cuarto puesto en Sochi 2014, Javi ahora Superjavi sabe que es ‘ahora o nunca’: “Creo que no he estado tan preparado en la vida. Sé que tengo que concentrarme y hacerlo bien”.

Desde que ganara el Europeo en Moscú, en enero, Fernández se ha refugiado en el Cricket Club de Toronto haciendo entrenamientos durísimos bajo la supervisión de Brian Orser, que ha intentado domar ese espíritu de genio despistado del español. “Está en su mejor estado forma. Es más maduro y tiene mucha más experiencia. Y su momento mental es bueno”, señala Orser, dos veces plata olímpica (Sarajevo 1984 y Calgary 1988).

Concentrado

Javi corrobora el buen feeling de coach Brian y añade que ha pulido sus shows al máximo: “Los entrenamiento han sido buenísimos. Conseguimos hacer muchos programas perfectos y el largo está muy consolidado”. E indiscutiblemente mira al podio final: “Por supuesto que miro al podio. Voy a luchar cada segundo de competición”.

Javi ha convivido durante este tiempo en Canadá con su rival más directo: Yuzuru Hanyu. El nipón, actual campeón olímpico y que sufrió una grave lesión en noviembre, también se entrena con Orser, pero el técnico ya ha explicado que cada uno se entrena por separado, para evitar tensiones y momentos malos. Fernández lo ve como “el gran rival”, pero este año todo está abierto: “Cualquiera del top-10 puede ser podio”. El éxito en los cuádruples, la clave.

A sacar “la espina” de Sochi

Javier Fernández llega a los Juegos de Pyeongchang con el podio como su gran obsesión. En Sochi fue cuarto: “La espina está clavada, porque me quedé a las puertas del podio. Esperemos que en estos Juegos no nos pase lo mismo”. También competirá hoy Felipe Montoya, que será el primero en participar (10:08 hora local, 2:08 hora española) y su objetivo será entrar en la final en la que Superjavi se jugará todo en los que seguramente sean sus últimos Juegos. “Después de ellos tomaré una decisión”, ha dicho.

Los rivales de Javier Fernández

Yuzuru Hanyu (Japón): El japonés, de 23 años, ya fue campeón olímpico con 19 y dos veces oro mundial, pero en otras dos ocasiones cedió ese título a Superjavi, con el que se entrena. Hanyu viene de una grave lesión en el tobillo derecho. Nathan Chen (EE.UU.): De origen chino y nacido en Salt Lake City, a sus 18 años su patinaje es una ruleta rusa. Es capaz de hacer cinco cuádruples, que si le salen le catapultan hacia arriba, pero el riesgo que corre es elevado... Shoma Uno (Japón): Con 20 años, es el nuevo producto de la interminable cantera de Japón. Uno ya ha sido subcampeón mundial y, a priori, es un patinador seguro, aunque queda ver su gestión de la presión olímpica. Patrick Chan (Canadá): A los 27 años, es el patinador que queda de la vieja escuela. Más estética y menos cuádruples. Como Superjavi. Su patinaje contrasta con el chino Jin, robótico, pero capaz de ejecutar cuatro cuádruples.