ROMA - LEVERKUSEN | JOSÉ MORAIS
“Xabi devoraba los informes, quería ir más allá”
José Morais (Angola, 1965), asistente de Mourinho durante muchos años, relata las claves del método del técnico y cómo se desarrolló la vocación de Xabi Alonso durante aquel tiempo juntos en el Madrid.
José Morais (Golungo Alto, Angola, 1965) es uno de los hombres de confianza de José Mourinho. Como segundo entrenador o asistente, le acompañó en el Oporto, el Inter, el Real Madrid y el Chelsea. En Madrid tuvieron a Xabi Alonso como discípulo y no le sorprende que haya terminado siendo un gran estratega. Hoy su Leverkusen le presentará batalla a la Roma de Mourinho. Morais hace repaso en AS.
Siempre con la maleta hecha. Ahora dirige en Irán, pero antes en Arabia, Túnez, Yemen, Grecia, Inglaterra, España, Italia…
Siempre con la maleta hecha, pero siempre con el entusiasmo y la pasión que tengo por el fútbol. También por conocer países, la gente y su cultura. De asistente a primer entrenador era un paso muy grande y los primeros dos o tres años han sido de un aprendizaje importante para la estabilidad que tengo ahora.
Una semana especial esta, donde las competiciones europeas llegan a su culmen. Usted sabe bien cómo son, ganó la Champions con Mourinho.
Son semanas que hay que mirar con tranquilidad y con confianza. La que tienes en tu equipo y en tus jugadores. Lo más importante es sentir esa confianza. Cuando tú lideras, es importante que el líder tenga confianza en sí mismo, en lo que está haciendo y en la calidad de sus jugadores. Porque esa es una energía que pasa a los jugadores. No puedes liderar un grupo para ganar cuando tú mismo dudas en lo que estás haciendo y en lo que puedes conseguir.
¿Pueden los jugadores también transmitir esa confianza al técnico?
Claro, pero es importante que el técnico la tenga antes. Que el técnico tenga esa confianza basada en el conocimiento que tiene de la competición y de la calidad de trabajo. Y después, está claro, cuando tú confías, la plantilla lo siente. La cogen y luego te la retribuyen con la calidad de su rendimiento. Esa confianza que les transmites repercute en su seguridad. Todo empieza en el líder.
Repasando su trayectoria, la de usted junto a Mourinho, se aprecia que eran especialistas en eso. En reforzar la confianza de equipos para conseguir invertir tendencias ganadoras de los rivales. Pasó con el Inter y con el Real Madrid.
Sí, porque esta confianza también la tiene Mourinho. Mire, para resumirlo, a veces me sorprendía su estado de confianza, por ejemplo, antes de los partidos grandes. Porque muchas veces el día de esos partidos es complicado, son decisivos esos grandes partidos, y él los sabe llevar como si fuera un día normal y ya está. Hemos trabajado bien todos los días, así que hay que confiar en ese trabajo. Se llega, se juega y se gana. Es la energía que mana del líder. Tú la recibes y estás tranquilo. Mire, el día antes de esos partidos o la mañana previa, salíamos a caminar fuera del hotel, bromeábamos, caminábamos por la calle, siempre con una sonrisa, siempre tranquilo, confiado. Ese ambiente generaba la armonía necesaria y una energía vital para ganar. La notábamos. Tranquilidad y confianza de que podíamos en la pelea y que lo íbamos a hacer, lo que fuera necesario... El estado de confianza que Mourinho transmitía a todos era impresionante.
¿Llegaba a sorprender a los jugadores?
Los jugadores primero observaban que llegaba un entrenador de primerísima calidad y solo por eso ya generaba confianza, se veían capaces de conseguir los resultados y después te sorprendían con rendimientos altísimos. Le veían siempre relajado, nada contraído y así salían ellos. Siempre con una sonrisa y siempre con una palabra buena para tranquilizar. Lo escuchabas en el vestuario del Madrid: ‘Este es un entrenador de puta madre. Cómo que va a ser difícil. No hay que dudar’. Vamos a conseguirlo porque el entrenador es un ganador. Y esa energía es la que él transmitía todos los días en el Madrid. Cuando llegaba al partido, el jugador que no tenía ese nivel de confianza, no podía jugar al nivel que él quería. Luego está el manejo del idioma. Hay que saber utilizar la palabra. En la vida es muy importante en el día a día. Además de la capacidad técnica del jugador, el empleado tiene que tener la capacidad de persuadirle. Ciertas palabras en cierto momento pueden cambiar de forma radical el rendimiento de un jugador hasta niveles que él mismo no imaginaba que podría llegar a conseguir.
Cambiaron la inercia del fútbol italiano con el Inter y llegaron a España para trastocar la del español y al Barcelona. ¿Qué necesitaba cambiar el Real Madrid cuando llegaron?
Era un equipo que no ganaba en mucho tiempo y la hegemonía del Barça había sido muy grande. Su calidad era muy grande, su confianza en su juego era muy grande y Mourinho consiguió, con su actitud, con su liderazgo, cambiar y hacer creer a los jugadores que dependía de ellos cambiar eso. Cambiar esas cosas, de que del trabajo dependía, de la responsabilidad, de creer que tenían la calidad para hacerlo. Y los convenció. Podía ser y había que hacerlo.
¿Cómo se gestiona un vestuario lleno de estrellas y de egos como aquel del Madrid? Sería difícil…
No hay vestuario difícil para Mourinho, porque él tiene el carácter que tiene y la experiencia que tiene como entrenador. Lo que había ganado ya antes de llegar era suficiente para que los jugadores entendieran al inicio que aquí hay alguien que merece respeto, que es un ganador y que hay que escucharlo si queremos ganar. Independientemente de la personalidad de cada jugador, ellos entienden cuando alguien llega para ayudarlos. Y cuando el jugador siente que el entrenador está ahí y que le puede ayudar, le respetan, le escuchan y le siguen. Es lo que ha pasado en el Real Madrid. Los resultados que se dieron tienen que ver con esa creencia. Ha sido un gran trabajo, en mi opinión, de cada uno.
Pero había jugadores como Cristiano en ese vestuario. Habría momentos de tensión porque son caracteres muy fuertes.
Había jugadores con un carácter fuerte. Por ejemplo, también llegó Khedira que era un tipo así también. Pero había muchos líderes también que transmitían esa energía. Casillas, Ramos… Marcelo, que lo hacía de forma diferente siempre con una sonrisa. Fue entrando gente como Varane, que más tarde sería importante, o Morata y Casemiro. Y qué decir de Modric, que era un líder con su calidad, pero también con esa forma entrañable de ser. Un tipo excepcional. O Xabi Alonso. Después a otros los mirabas de forma diferente, pero ahí tienes a Benzema ahora. Con esa madurez que le ha dado el tiempo ha desempeñado la capacidad de líder que no tenía antes porque había otros. No los mirabas porque en ese momento tenías a otros líderes más fuertes. La verdad, hablo del Real Madrid todavía como parte de mi familia. No sólo los jugadores. También el club. Desde los que traían la ropa, los ayudantes, la gente del club, pasando por el presidente, Florentino, con quien querrías estar siempre. Había un gran cariño entre todos. Butragueño también, aunque le veíamos menos por los entrenamientos. Sigo siendo un aficionado del Real Madrid, siempre estoy detrás apoyando.
¿Cómo consiguieron sacar de quicio a Guardiola?
Bueno, no había mucho que decir. En los primeros momentos los jugadores entendieron que tenía que ser natural ganarle al Barcelona. Eran el Real Madrid y eso es incomparable a cualquier club del mundo. Si entiendes eso, no hay nada más que hablar. Eres el Real Madrid y basta. ¿Entiende? Los jugadores que están aquí con nosotros es por algo. Se lo transmitimos a los jugadores y el Barcelona lo sufrió.
Rui Faria, usted, Karanka… Mourinho se rodeó de su particular guardia pretoriana. Y los jugadores iban a muerte con ustedes. ¿Mourinho en qué delegaba en ustedes? ¿Cómo se dividía el trabajo?
Todos hacíamos de todo un poco. Karanka era una persona en la que confiábamos mucho, había sido un tipo espectacular como jugador y entendía perfectamente lo que quería Mourinho. Los asistentes teníamos que crear un clima necesario, positivo. Después cada uno tenía una pequeña parcela. Unos tenían trabajos más técnicos o estratégicos. Yo, por ejemplo, me ocupaba de los partidos del adversario: qué es lo que hacían y qué podíamos esperar que hicieran contra nosotros. Eso me colocaba muy cerca de Mourinho. Le presentaba los datos y me rebatía, los discutíamos: qué nos podíamos esperar del rival. Era un trabajo muy desafiante para mí y muy abierto. Disfrutaba.
Hablaba de Xabi Alonso, al que ahora se enfrenta Mourinho como entrenador. Ustedes fueron unos de sus maestros. ¿Entonces ya le veían como un futuro técnico?
Nunca lo hablé con Mourinho, pero en el día a día te dabas cuenta de algunas cosas. Con Xabi, por ejemplo. Le interesaban las razones de las cosas. Mire, hay muchos jugadores a los que tú les das el informe del partido que van a jugar. Ellos lo pueden leer o no, hacen lo que quieren. Después, algunos ponen más interés en los vídeos. Ves cómo alguno coge el informe y lo deja en la taquilla y ya. Xabi iba a más. Era tremendamente curioso. Quería más. Se lo aprendía casi de memoria, las dos o tres páginas, y quería más. “Dame, dame, dame…”, repetía. Se preocupaba de ir más allá. Por qué esto, por qué aquello. Quería entender. Le dabas más y se lo quedaba. Quería un conocimiento profundo de lo que iba a pasar en el partido. Era un jugador de una tremenda curiosidad. En aquella plantilla había otro como él, era Granero. También tenía esa curiosidad. Después, Xabi era un líder en el posicionamiento, el suyo y el de los compañeros. Claro, yo tenía esa sensación. Si alguien de aquel vestuario podía llegar a ser entrenador, Xabi era uno de ellos. Granero también era un buen estudiante táctico.
¿Cree que Xabi puede ser entrenador del Real Madrid?
Ha aprendido con el mejor del mundo y luego también ha estado con Guardiola, que es muy bueno. Tiene un recorrido. Después, es muy importante haber estado en el Madrid. Conoce a la afición, al club. Es un tío con personalidad, un líder. Tiene capacidades y me gusta. Si tiene que ser entrenador del Madrid, será. Yo estaré apoyando.
Ha cambiado al Leverkusen. Cambió su mentalidad y su sistema de juego.
Bueno, son detalles. Jugar con cuatro defensas o con tres centrales son detalles. Al final de lo que depende es de que tu idea que sea cohesionada, que responda a los jugadores que tienes, a la competición que te toque jugar, a los rivales… Lo principal es tu organización y el conocimiento. Debes tenerlo muy claro, después, jugar con tres o con cuatro son detalles dentro de todo eso.
Mourinho también ha llegado a la Roma para cambiarla por completo. Volvieron a ganar un título europeo con él después de muchos años.
No conozco tanto a la Roma como en mis tiempos en Italia. No conozco a esta Roma, pero no me es extraño que Mourinho llegue a un equipo y en un corto espacio de tiempo ese equipo vuelva a ganar. Él es así. Es un ganador. Por eso recurren a él. Mire, si observa su trayectoria, fue capaz de ganar y no teniendo a los mejores jugadores. Eso es muy importante para un entrenador. Será una gran eliminatoria e interesante.
Ahora es el PSG quien está interesado en él.
Mourinho sería el entrenador ideal para el PSG. Podría ser muy importante para el club. Él le puede ayudar a los dueños del PSG a conseguir lo que están buscando: ganar la Champions después de tanto tiempo. Él puede gestionar ese vestuario, porque la calidad ya la tenían.
Déjeme volver atrás. ¿Hubo una opción de que ustedes volvieran al Real Madrid?
Hubo una opción, no es ningún secreto. Eso ya se ha escrito.
¿Le gustaría volver a Europa con Mourinho?
Con él o con otro, claro. Un reto que me gustaría algún día es poder entrenar a algún equipo español al que aprecio. Como el Valladolid o el Getafe. O un reto que me llama la atención. Por ejemplo, ayudar para que un grande como el Zaragoza vuelva a Primera, que siempre están ahí, pero no dan ese paso. Sería bonito.