E. LEAGUE (1/4, VUELTA) | SEVILLA - M. UNITED
Nervión vuelve a rugir
El Sevilla viste las mejores galas en el intento de agrandar su leyenda europea. El United viajó con Rashford y Sabitzer pero sin Fernandes ni sus centrales titulares.
Navega la leyenda del Sevilla, ésa que dice que cada vez (seis) que pasó de octavos de Europa League acabó ganando el título, entre las aguas de un mar furibundo, del que más tarde o más temprano resultará imposible escapar. La epopeya escribe esta noche un nuevo capítulo, siempre bajo la amenaza de convertirse en el último, y le trae otra vez al Manchester United como antagonista (sigue el partido en directo en AS.com). Un enemigo colosal, pero que llega al Sánchez-Pizjuán mermado por las bajas y aturdido gracias al postrero 2-2 de la ida en Old Trafford. La dulce odisea sevillista se topa de nuevo con el gigante mancuniano, convertido en Cíclope por las ausencias.
El United debe notar la ausencia de un camión de futbolistas importantes, que conduce Bruno Fernandes, uno de los mejores pasadores de la Premier y de toda Europa, y podría copilotar Rashford, que viajó y al que se resisten a descartar, igual que a Sabitzer. Pero además de Fernandes no estarán seguro Lisandro, Varane, Garnacho, Heaton, Van den Beek y McTominay. Con todo, Ten Hag sigue teniendo para conformar una alineación tremenda que encabezará el pivote brasileño Carlos Casemiro, estandarte del poderío económico y deportivo de un club, como resumía gráficamente Ivan Rakitic, “capaz de quitarle titulares al Real Madrid”. Shaw, lateral izquierdo internacional con Inglaterra, apunta a gran reaparición en un once que contará también con el peligro de los Eriksen, Sancho o Antony, jugadores de a 50, 60 u 80 millones de euros la pieza. Inalcanzables para el común de los clubes.
José Luis Mendilibar pierde a Joan Jordán, al que no deja de dar la lata un dichoso tendón de Aquiles, y ya sabía que no podría a alinear a Montiel, Pape Gueye ni Tecatito. El Sevilla le ha dado un giro de 180 grados a la temporada con las llegadas del entrenador vasco y su transparente sentido común. Sin inventos (aunque en la primera parte de Mánchester improvisó y casi le cuesta un disgusto), con sotas, caballos y reyes, Mendilibar trata de imponer un fútbol basado en las virtudes de la plantilla nervionense, que no era tan mala como parecía y anda además recuperando piezas fundamentales para esta recta final. Marcao, Fernando o la vuelta del mejor Ocampos solidifican sobre todo físicamente a un equipo que se había acostumbrado a convivir con la desgracia y se ha llevado así por delante a dos técnicos consolidados, Lopetegui y Sampaoli, en menos de cinco meses. Además de la tranquilidad liguera, ya casi definitiva, desde Zaldibar también ha aterrizado en Sevilla una gran ilusión.
Nervión, si alguna vez se fue, ha regresado. El 16 de agosto de 2020, a 2.200 kilómetros de La Giralda, 100 sevillistas infiltrados en un estadio vacío por la pandemia convertían la alemana ciudad de Colonia en una sucursal del Ramón Sánchez-Pizjuán para ayudar a eliminar al Manchester United, en lo que entonces era una semifinal, a partido único. Hoy, en la vuelta de estos cuartos, habrá más de 40.000. Las gradas del coliseo de Eduardo Dato vuelven a rugir en la primaveral noche sevillana con la furia del campeón inacabable, aquel que se resiste a claudicar ante su propio mito.
