Mario Gila, un ‘desconocido’ de La Fábrica en la Roja
El catalán estuvo cuatro años en el Madrid después de formarse en la Damm y el Espanyol. En 2022, se fue al Lazio, que dejó seis millones de euros en las arcas del club blanco, que tiene el 50% de un futuro traspaso. Destaca por su velocidad.


Cuando Luis de la Fuente mencionó el nombre de Mario Gila (29-8-2004, Santa Perpètua de Mogoda) para anunciar que volaría a Valencia como medida de precaución por los problemas en el tobillo derecho de Cubarsí, un murmullo se escuchó en la sala de prensa de De Kuip. Gila, hoy jugador del Lazio, en el que aprendió de maestros como Sarri y ahora, con Baroni de entrenador, hace migas con Patric y Pedri, es un desconocido para el gran público y sólo alguien conocido para quien vigile las canteras de los grandes. Gila estuvo cuatro años en la Fábrica, adonde llegó después de un ascenso meteórico. Empezó dándole patadas al balón en el equipo de Santa Perpètua de Mogoda (es paisano de Mingueza). El fútbol era un hobby para él. Jugó en Mollet y Sabadell para pasar tiempo con los amigos hasta que la Damm le fichó y, después de hacer una gran temporada, el Espanyol lo fichó en 2017. Curiosamente, después de fallar contra los pericos un penalti en la tanda de la final de la Copa Catalunya.
En el Madrid, sólo pasó una temporada en el Juvenil (2018-19), donde se dejó ver en la Youth League. Saltó al filial, en el que jugó tres temporadas. Ahí entró en la órbita de la FEF. Luis de la Fuente lo hizo debutar el 22 de septiembre de 2022 contra Inglaterra. Para entonces, ya era jugador del Lazio, que pagó seis millones de euros al Madrid por su traspaso. Los blancos, eso sí, se quedaron con el 50% de una futura venta y se guardaron alguna cláusula para facilitarse un posible regreso si le interesase. El jugador, viendo el panorama en el primer equipo, donde había jugadores intocables, decidió darle un volantazo a su futuro. Y acertó. En la Lazio se ha convertido en indiscutible. Lleva 34 partidos jugados y ha marcado dos goles. Suma 2.544 minutos y algunos grandes de Italia, como la Juventus, ya le monitorizan. La llamada coge por sorpresa a todos…, menos tal vez a él, que sabía que De la Fuente seguía sus progresos hace meses. No es excesivamente alto (1,85 metros). Su gran virtud es la velocidad, lo que le permite ganar muchos duelos. Es una apuesta sorprendente pero, en esta convocatoria de centrales nuevos, todo es posible. Este viernes se incorporará a los entrenamientos en Valencia.
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