“Jordi Alba es el mejor lateral de la historia de la Selección”
Fran García (14-8-1999, Bolaños de Calatrava, Ciudad Real), flamante lateral izquierdo del Real Madrid, ha sido la respuesta de Luis de la Fuente a las ausencias de Balde, Gayà y Juan Bernat.
A punto de cumplir 24 años, no es un gran conocido aún para el gran público pero en los corrillos futboleros se habla, y no para desde hace dos años, de este rayo por la banda que tiene a su ahora capitán, Jordi Alba, como uno de sus espejos.
¿Alguna novatada en particular?
Sí, sí. Tocó cantar. Es la mítica. Yo ya dije que chistes no contaba, así que me subí al carro de los que cantaban. Ya sabía que tarde o temprano iba a llegar el momento.
¿Qué le hicieron cantar?
Fondo Flamenco. Es algo que me gusta. Canté una mítica que todo el mundo sabe y así me fueron acompañando todos los compañeros.
¿Qué se siente cuando uno lleva ahí puesto en el polo el escudo de la Selección absoluta?
Nada muy diferente a cuando lo tienes en categorías inferiores. Yo lo he podido representar en inferiores y también clasificatorios con la Sub-21, Sub-19… Estar en la absoluta es una alegría enorme porque es un paso adelante y no deja de marcar un punto de inflexión. Hay que tratar de seguir creciendo y mejorando.
Los futboleros ya le han visto como un avión estos dos años en Vallecas, pero para el gran público usted es aún un desconocido. ¿Cómo se define Fran García?
Un chaval trabajador con hambre de seguir haciendo cosas grandes. Yo he hecho la mili en el Rayo. No deja de ser un equipo bonito en el panorama español, pero es verdad que puede haber dudas de cómo puedo rendir en una competición europea. Trataré de disiparlas lo antes posible.
Es rápido, potente y “está cuadrado”, dicen en el vestuario. ¿Qué trabajo hace de gimnasio y de dónde viene?
Viene un poco de la época de juveniles. Yo tuve bastantes problemas de hombro (toca madera, se santigua una y otra vez). Como ven, toco madera. Tuve que hacer un cambio.
¿Qué le pasaba?
Tenía luxaciones, cosas así. Sabía que, por la estatura y peso que tenía, debía compensarlo de alguna manera. Como dicen algunos compañeros, tengo que estar enlatado, achaparrado. Desde entonces, me metí en el gimnasio, también a hacer protocolo preventivo… Eso es un sacrificio, pero ahora tiene su recompensa.
¿Se lo recomendó alguien en el Madrid especialmente?
Hay que compensar la estatura o la diferencia de peso y era una forma de hacerlo. Me lo dijeron en el Madrid. Pero la recomendación fue del cirujano de confianza que conocí en ese tiempo, que es Carlos Gavín. Me ayudaron a crecer físicamente. Eso empezó en juveniles.
¿Quiénes han sido sus referentes? Porque aquí al lado tiene al lateral que ha sido titular con España diez años, pero estaba en el Barça. Ha visto a Marcelo también…
Por la cercanía que he tenido con ellos, Marcelo y Roberto Carlos. Siempre trataban de ayudarme en forma de consejo o cercanía. En eso, a Marcelo siempre le voy a estar muy agradecido. Y a Roberto, en el primer año del Castilla lo tuve al lado y fue un año increíble.
Usted casi ni vería jugar a Roberto Carlos…
Lo recuerdo de los primeros años que empecé a jugar, pero cuando llegas y te ves al lado de ellos, impresiona. También tener a Jordi, porque ha sido el mejor lateral español de la historia y tenerlo cerca también ayuda.
Este año se ha hablado muy bien de cómo ha asumido su rol Jordi Alba, de cómo ha ayudado a los jóvenes, incluso a los que jugaban en su posición, como Balde. ¿A usted le ha dado algún consejo en especial?
Más que consejos, es la cercanía. Eso se agradece mucho, porque así te sientes protegido y cercano con gente que tiene un nivel mundial. Sabían que venía de última hora, a sumar. Sentirte protegido, no solo por ellos, sino por todos, es algo que ayuda a la hora de integrarte, especialmente si llegas a última hora y de sorpresa.
Habrá seguido la trayectoria de Alba. Cuando llegó a la Selección no tenía ni marca de botas. ¿Tiene usted?
Sí, sí (risas).
Tal vez por sus inicios como delantero, Jordi también tiene gol. ¿Se va a animar usted a finalizar más jugadas?
Eso es también un asunto de confianza. Hay momentos en los que estás más inspirado y te da por finalizar más. A mí en el Rayo me lo han dicho, que por qué no lo probaba más. Al final de la temporada lo he hecho, algunos compañeros me lo echaban en cara y me decían que debía chutar más. Yo sé que tengo que seguir creciendo, porque este camino tengo que recorrerlo despacio.
¿Firmaría la carrera de Jordi Alba?
Sí, no lo tengo ni que pensar.
Se va a acordar siempre de las personas que le llamaron en su temporada más importante. ¿Quién le dijo que volvía al Madrid y quién le avisó de que iba con la Selección?
Lo del Madrid, fue en enero y por mis representantes. Me dijeron que el Madrid intervenía en la opción de compra que proponía el Leverkusen. Y en la Selección, primero hablé con Carlos Alberto Cruz, el preparador físico, al que conocía del Madrid. Me dijo que no me fuera muy lejos y que estuviese preparado. Y fue el míster, Luis de la Fuente, el que me confirmó que tenía que ir el lunes a la hora de la cena.
¿Tiene en la cabeza el Rayo-Madrid de esta temporada en Vallecas?
No ahora mismo. ¿Por?
Ahí fue donde el Madrid se convenció de su fichaje y, además, de que era un jugador de un alto nivel defensivo, que ‘rascaba’ si era necesario.
Sabía que tenía que prepararme y mejorar en ese aspecto. Creo que siendo un lateral del Madrid, un equipo en el que se suele tener mucho balón, en el fútbol profesional debes dar ese pasito hacia delante para mejorar sin balón. Ha sido un buen camino durante la temporada. Sé la importancia que tienen los partidos en los que juegas contra grandes como Madrid, Barça o Atlético. Y aquel partido lo ganamos 3-2…
¿Qué ha aprendido de Iraola?
Pues, sobre todo, en ese aspecto defensivo. Quería tener un balance, que fuera un lateral tipo péndulo. Subir, pero también quedarte cuando el otro lateral progresa.
¿Cómo es Fran García fuera del campo?
Pues soy un chaval tranquilo, que trata de integrarse y hacer grupo. Sea con los más veteranos o con los más jóvenes, es importante tener relación con el mayor número de personas posibles. Eso también ayuda dentro del campo.