Ginés Meléndez: “Me encanta Fermín”

España ha regresado al trono del fútbol. En los últimos 14 meses La Roja y su hermana pequeña han conquistado la Liga de las Naciones, la Eurocopa y los Juegos Olímpicos (se podría añadir el Europeo Sub-19). Los ideólogos e impulsores de esa riada de gloria deportiva han sido Luis De la Fuente y Santi Denia, pero ambas ramas salen del mismo tronco. Pocos discuten que uno de los principales artífices del aluvión de triunfos internacionales de nuestros equipos nacionales en las últimas décadas es, en gran medida, el ampliamente admirado y respetado Ginés Meléndez (Robledo, Albacete, 1950). El maestro, en todas las acepciones posibles del término, ha sido formador de cientos de entrenadores y ha contribuido a la evolución de jóvenes que se han convertido en estrellas. España es una referencia internacional en el trabajo de base, tal vez la más importante, y Ginés Meléndez, que sentó cátedra durante casi 18 años en la RFEF y ha trabajado para UEFA y FIFA, es reconocido como el gran promotor de un modelo envidiado por decenas de países. Parafraseando a Butragueño, se podría hablar de un “ser superior” en cuestión de pedagogía futbolística.

¿Qué nos diferencia del resto para mantener un dominio tan prolongado?

Podríamos estar hablando de ello sobre días, pero destacaré tres factores esenciales. Uno es la formación de los entrenadores. Mariano Moreno fue el gran precursor en la Federación y después llegué yo. Detrás de todos los éxitos conseguidos hay muchísimo trabajo y un buen método. Puede sonar arrogante decirlo, pero hemos sido el espejo en el que se ha mirado el mundo del fútbol a nivel de selecciones.

¿Y los otros dos factores?

La estructura competitiva de la Federación para reclutar a jugadores y el trabajo de los clubs, que mejoró muchísimo en los últimos años debido, principalmente, al trabajo de los entrenadores, que cada vez estaban mejor formados.

¿Cuántas Federaciones han acudido a Las Rozas para estudiar y analizar el modelo español?

Yo he recibido a más de 500 entrenadores que han venido a ver cómo trabajábamos. Solían venir grupos de 40 personas de varias federaciones y se quedaban tres o cuatro días en la sede de la RFEF para aprender sobre nuestra labor de formación con los entrenadores y con los jóvenes. Vinieron de Alemania, Italia, Francia, Inglaterra y muchos otros países. Les fascinaba lo que hacíamos.

¿Y cómo lograban atender tantas peticiones y compaginarlo con la exigente labor diaria?

Yo vivía en la Federación. No podía permitirme perder tiempo en desplazamientos. También me ayudaba un grupo de colaboradores. El equipo era de ocho personas, nada más. Hubo años en los que la avalancha de visitas era masiva. En total, recibimos a 47 países de los 55 de la UEFA. Todos querían saber cuál era nuestro método. Luego también establecíamos convenios con otros países y yo viajaba a Japón, a Corea y a muchos otros lugares.

¿Qué era lo que más envidiaban?

Nuestro proceso de captación de jugadores. Teníamos unas competiciones regionales de selecciones inferiores muy productivas y, además, conseguimos tejer una red de ojeadores, que eran los propios entrenadores de esos equipos, que los lunes me enviaban informes de lo que habían visto cada fin de semana en sus respectivos campeonatos. Se puede decir que trabajaban gratis. En total eran 57, juntando los de todas las categorías. El premio que les dábamos era venir como asistentes con nosotros a las competiciones internacionales. Les hacía mucha ilusión y les motivaba. Ese modelo funcionaba muy bien.

¿Tiene idea de cuántos entrenadores ha podido formar usted?

Entre la Escuela Nacional de Entrenadores y la de Castilla La Mancha seguro que superan ampliamente los mil. Siempre me ha encantado enseñar, porque he sido docente toda la vida, y es una labor que me fascina.

¿En cuántos títulos de nuestras selecciones ha participado directamente?

Bien como primer seleccionador o como asistente, serán 13 o 14. Eso estando en primera línea. Como Director Técnico de la Federación, por suerte, puedo presumir de un buen currículum de títulos. Algunos me dicen que soy un genio, pero yo me considero simplemente un trabajador apasionado de su oficio.

A la hora de seleccionar jugadores ¿cuál es el criterio principal aparte de su talento?

Tienen que saber competir. Eso es básico, porque no es lo mismo jugar que competir. Puede haber jugadores que valgan para una competición larga, pero en un torneo corto, donde casi no hay lugar para el error, no sirven. El trabajo de un seleccionador es precisamente ese, saber seleccionar y dirigir bien.

¿Qué parámetros utilizaban en el proceso de selección?

Calificábamos a los chicos en base a seis criterios que desarrolló Iñaki Sáez. Cuando dejé la Federación habíamos puesto una calificación a tres mil jugadores de muchas generaciones utilizando esos baremos. Villar, el entonces presidente, se quedó asombrado.

De los cientos de jugadores que usted monitorizaba y acudieron a convocatorias de la Federación desde muy jóvenes ¿quién diría que fue el de más talento?

Es complicado decirlo, pero me quedaré con Iniesta, al que tengo un enorme cariño porque ya lo tuve en la cantera del Albacete desde los nueve hasta los 12 años. Era un fenómeno desde niño.

¿Quién le ha hecho más ilusión que haya llegado arriba?

Fábregas. Apostamos por él ciegamente. Lo llevamos Juan Santisteban y yo al Mundial sub 17 de Finlandia en 2003 cuando él tenía dos años menos. Perdimos la final con Brasil, pero él fue el máximo goleador y el mejor jugador con sólo 15 años.

¿Quién se veía claro desde pequeño que iba a triunfar?

Piqué era un crack desde niño. Era muy listo y muy despierto. El Barça lo formó como mediocentro y central. Nosotros lo pusimos en esa posición y era la leche. Era un jugador realmente inteligente.

¿Hay alguno que le haya sorprendido en su evolución?

Morata no vino al Europeo sub 17, pero luego me lo llevé al Mundial. Tuvo una gran evolución. Rodri fue una apuesta de Luis De la Fuente en 2015. Era bueno, pero nadie imaginaba que podía llegar a convertirse en el mejor mediocentro del mundo. Yo había incorporado a Luis a nuestro staff en 2013. Vino para tres meses y todavía sigue.

¿Le duelen las críticas a Morata?

Me indignan. Es un gran jugador, un capitán excepcional y una persona maravillosa. Es injusto que se le silben, le critiquen y le insulten porque es un chico que lo da todo.

Santi Denia también fue apuesta suya…

Lo conozco desde que era alumno mío en el colegio de Albacete, igual que a su mujer, que era una gran saltadora de altura. Lo tuvimos formándose en el Albacete y debutó en el primer equipo siendo un chaval.

¿Puede ser el seleccionador absoluto en el futuro?

No lo descartaría, pero de momento debe seguir con la Sub-21, donde lo está haciendo muy bien. En un tiempo ya se verá. Él es una esponja, siempre quiere aprender, no se perdía nunca ningún torneo, viajaba mucho para ver fútbol con todas las categorías de la Federación y es un ambicioso positivo. Él todavía me llama jefe y yo le llamo chico. Ha trabajado como segundo con todos los técnicos que han pasado por la casa y eso le da un gran bagaje de conocimientos. Desde que entró a la Federación era el primero en llegar.

Uno de sus alumnos aventajados fue Xabi Alonso…

No me sorprende lo que está haciendo porque era un alumno fantástico y ya se le veía madera de gran entrenador. En su generación había gente de gran prestigio como Raúl o Xavi, que también eran brillantes. A pesar de su fama, eran muy responsables y jamás llegaron tarde a una clase.

¿Qué otros alumnos le llamaron la atención?

R. Pasaron muchísimos y los hubo muy buenos. Juan Carlos Unzué era brillante. Pochettino era fenomenal, Scaloni también y Fernando Redondo lo mismo. Andoni Iraola fue el número 1 de su promoción. Era buenísimo.

¿Con qué entrenador actual se identifica más?

Con Ancelotti, por su manera de manejar el vestuario. Ya me avisó Arrigo Sacchi en una Eurocopa sub 21 en la que yo era observador de la UEFA y coincidí con él. Me dijo textualmente “donde haya un problema pones a Carletto y te lo soluciona”. Me identifico con su actitud y me encanta como entrenador.

¿Qué jugador joven actual le entusiasma?

Me encanta Fermín. Posee el descaro propio de los jugadores andaluces. Tiene algo especial y diferente al resto.

¿Nuestra cantera es inagotable? ¿Seguiremos ganando?

Ojalá sea así, pero no es oro todo lo que reluce. También hay un pequeño lado oscuro. Hemos estado cinco años sin jugar finales y la sub 17 lleva una racha muy mala, pero el trabajo de base es magnífico y espero que la racha continúe.

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