“Virgencita, que al menos me quede como estoy”
El Racing le pide la permanencia en LaLiga Hypermotion a la Bien Aparecida, a la que han realizado su tradicional ofrenda floral y posterior comida de confraternización.
Hay tradiciones que nunca cambian y el Racing es fiel (nunca mejor dicho) a realizar su ofrenda floral a la Virgen de la Bien Aparecida al inicio de cada nueva temporada. Y no le ha ido mal. Las últimas dos ofrendas acabaron con sendos objetivos cumplidos: ascenso a Segunda División y permanencia. Este año, ante la Virgen, se repite la petición del curso pasado. Y después, ya se soñará.
Para poder cumplir con la tradición, José Alberto tuvo que adelantar media hora el inicio de su sesión de entrenamiento, de las 10:30 a las 10:00. El Santuario donde se encuentra la Bien Aparecida se encuentra en Marrón, en el municipio de Ampuero, a algo más de 50 kilómetros de Santander, por lo que la expedición subió junta en autobús.
Tras realizar la protocolaria foto que ilustra este artículo, el capitán del Racing y ampuerense, Íñigo Sáinz-Maza, fue el encargado de entrar con la corona de flores en el Santuario, escudado por Manolo Higuera y José Alberto en primera fila, y Mikel Martija y Sebastián Ceria en segunda. Dentro esperaban ya el resto de la plantilla, técnicos y empleados además del vicepresidente Juanjo Uriel.
Como de costumbre, allí se congregaron algunos aficionados racinguistas, ataviados con camisetas y hasta bufandas del equipo. Pero en esta ocasión la ausencia más notada fue la del párroco diocesano de Liérganes y gran racinguista, Hilario Obregón, que es un gran racinguista y era el encargado durante los últimos años de oficiar la celebración. En este caso fue el prior del Santuario quién celebró, Arsenio Llamazares, de la Orden Trinitaria.