Una gran oportunidad para poder decir adiós al sufrimiento
Después de los resultados del fin de semana, Racing y Huesca están ante una muy buena oportunidad de dar un gran paso hacía la certificación de la permanencia en la categoría.
Este no es uno de esos partidos de lunes por la noche (el horario maldito) que parecen no importar a nadie. Hay mucho en juego. Desde el glorioso verano de 1992 el Racing no acaba una temporada en Segunda con la permanencia en la categoría. Desde entonces, puerta grande o enfermería, ha jugado cinco veces en el segundo escalón: Celebró dos ascensos a Primera (92-93, con Paquito en el banquillo y 2001-02, en la primera experiencia de Quique Setién en los banquillos), y lloró tres descensos (12-13, 14-15 y 19-20). El plan perfecto para esta temporada no era otro que la permanencia y una victoria de los verdiblancos sobre el Huesca les dejaría muy cerca del objetivo. Los oscenses, que salen al partido con cuatro puntos de ventaja, casi podrían celebrar esa permanencia si logran ganar en El Sardinero e incluso soñar todavía con una remontada final hasta puestos de playoff (sigue el partido en directo en As.com).
Con la complicidad de los buenos resultados, José Alberto no se ha caracterizado por dar bandazos en sus alineaciones y casi sólo han sido los imponderables en forma de lesión o sanción los que le han llevado a modificar el once respecto a su primera apuesta en Cartagena. Roko Baturina, eso sí, aprovechó muy bien la baja de Matheus frente al Leganés y ya no se ha apeado de la titularidad desde entonces. Con la vuelta de Íñigo, intocable en el medio, resta por conocer si será Aldasoro o Juergen el que saltará del once. Si sirve de pista, el colombiano solo ha sido titular con José Alberto en Ponferrada (baja de Aldasoro) y en Málaga (baja de Íñigo). Da la sensación que el ovetense está muy tranquilo cuando puede meter en la sala de máquinas a sus dos ingenieros, al químico y al informático, Íñigo y Aldasoro, que además de tener estudios no paran de correr y abarcan un latifundio entre ellos solos. El resto, los que ganaron en La Rosaleda.
Por su lado, el Huesca de Ziganda vive su peor racha en Segunda, tras diez partidos sin victorias a domicilio. Tras cinco empates y cinco derrotas los azulgranas quieren reencontrarse con la victoria lejos de El Alcoraz y trasladar las buenas sensaciones que están teniendo como locales a El Sardinero. Ante el Levante se vio la mejor versión de los oscenses y Ziganda repetirá alineación.
La delantera formada por Joaquín y Obeng le ha cambiado la cara al Huesca. Su velocidad y movilidad han roto la sequía goleadora de los altoaragoneses. La defensa es la clave de los de Ziganda y el objetivo pasa por cerrar la portería y aprovechar el balón parado como la pasada jornada, ya que dos tantos llegaron gracias a la estrategia. El balón parado con Sielva y Marc Mateu puede ser fundamental en los planes.
(Foto superior: Aritz Aldasoro, que posee el doble grado de Ingeniería informática y ADE, posó para AS el pasado viernes en el círculo central de El Sardinero)