Una despensa a pie de campo

Todavía con el frenesí del gol en el minuto 92 en el último suspiro del encuentro frente al Cartagena, acudía García Pimienta a la rueda de prensa. Y no tardó mucho el entrenador amarillo en loar a sus pupilos, a todos. “Tengo una pedazo de plantilla increíble”, diría tras pocos segundos respondiendo a las preguntas de los medios.

Y se entiende porque antes de comenzar el partido, cuando el técnico barcelonés miraba a su lado veía vestidos de chándal a Álex Domínguez, Sidnei, Enrique Clemente, Fabio, Benito, Moleiro, Vitolo, Marvin Park, Joel del Pino, Marc Cardona, Florin Andone y Álvaro Jiménez, y en la grada a Álvaro Lemos. En total, trece jugadores que suman con García Pimienta 3.700 de los 12.000 minutos disputados por sus once jugadores, es decir, un cuarto del tiempo ya disputado.

Con el arsenal que guardaba en el banquillo el preparador amarillo podría alinear un once de garantías y muy probablemente en rueda de prensa no recurriría a vendas antes de la herida y es que no en vano ante el Cartagena habían acumuladas, esperando por su turno, 40 titularidades, una de cada tres hasta la jornada 11.

Era normal, por lo tanto, el entusiasmo del preparador amarillo, porque siendo líder y habiendo sufrido en el transcurso las bajas de Viera, Vitolo, Sandro, Marc Cardona, Álvaro Jiménez, Andone… el técnico gira la cabeza y es capaz de encontrar recursos que le permitan cambiar el rumbo. O por lo menos así ha sido hasta ahora, desde marzo. Pero especialmente tras el mercado estival. Si acaso el mediocentro puede andar corto con tan solo Fabio como único reemplazo.

Además, en la jugada del gol, tres futbolistas que salieron desde el banquillo fueron claves para que Jonathan Viera recibiera en posición solo en mitad de la plaza del área cartagenera, Vitolo —quien encontró la rendija en la defensa por la que colar la pelota—, Benito —quien dio la asistencia— y Andone —quien arrastró a los centrales dejando la mesa vacía para el capitán—.

García Pimienta no hizo de menos a los suyos tras un empate que escoció. Tras el encuentro ante el Mirandés, aún con tres cambios forzados, dos lesionados en la primera parte y Sandro —uno de los que entró como sustituto en la primera— y que por precaución paró en el minuto 65, comentaba “en el campo estaba Jonathan Viera, estaba Alberto Moleiro, estaba Óscar Clemente, estaba Fabio, estaba Nuke, estaba Benito. Teníamos jugadores de mucha calidad y que tocando el balón podríamos haber marcado a la contra rompiendo por bandas”.

Lejos de buscar justificaciones optó por la autocrítica con mesura y realidad para espolear a sus pupilos. Un mensaje que va en continuidad de lo expresado después del Cartagena y que hasta el momento le está dando la razón. La semana que viene vuelve a estrecharse el calendario, con dos partidos en la misma semana, Burgos y Eibar y esta semana el equipo canario viaja a Huesca, otro momento para que el banquillo saque músculo.