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RACING DE FERROL

Un Racing de Ferrol de dos caras

El conjunto gallego jugó a merced del Burgos en la primera parte, mientras que en la segunda tomó el control de la pelota con un dominio que no materializó a pesar de hacer méritos.

Actualizado a
Partido entre BURGOS CF - RACING CLUB FERROL en el estadio EL PLANTÍO
TOMAS ALONSO

El Racing de Ferrol fue un equipo que emergió en El Plantío de dos formas muy diferentes. Se mostró inferior al Burgos en la primera mitad, cuando fue condescendiente en defensa, permitiendo al conjunto local conseguir crear ocasiones en sus dos mayores armas con las que más peligro genera, desde los centros laterales y las transiciones. El equipo gallego mostró debilidad en los laterales y no estuvo fino en la zona de creación con Bernal y Manzanara demasiado previsibles, incapaces de dar velocidad a la pelota para poder encontrar con ventaja a los jugadores de ataque.

Ander Cantero se presentó salvador ante la vía de agua que presentaba el equipo en los primeros compases de juego, varias manos del meta pamplonica fueron claves para que al menos el Racing, se marchase al descanso herido, pero no de muerte. El Burgos consiguió hacer su trabajo en la primera parte, superó a los gallegos en intensidad, ganó los duelos y fue efectivo de cara a portería. Relució sus virtudes con un centro desde la derecha con la firma de Álex Sancris que libre de marca materializó Dani Ojeda. El segundo llegó tras una perdida inocente de Fran Manzanara que terminó con una transición ejecutada a la perfección por Borja González que dejó en evidencia la falta de tensión y la ausencia de conexión del Racing en un escenario exigente e inexpugnable hasta la fecha como es El Plantío.

En el descanso Cristóbal Parralo, sabedor de los puntos débiles del equipo en la primera mitad, tocó una pieza en la creación de juego retirando a un desacertado Fran Manzanara e introduciendo a Álex López. El técnico andaluz buscó un perfil diferente al del manchego a la hora de conseguir el control de la pelota, tratando de encontrar posesiones largas que ayudasen a someter al conjunto burgalés en la segunda mitad. Cierto es que los locales, en la segunda parte con la ventaja doble en el marcador, dieron un paso atrás y trataron de desentenderse del balón plantando una línea defensiva firme y centrando su trabajo en mantener la renta, dando todo el protagonismo ofensivo al Racing.

En el segundo acto, el Racing recuperó su seña de identidad a base de tener personalidad y mayor presencia con la pelota. El equipo dio un paso al frente con Álex López ejerciendo de líder con un dominio absoluto en la zona de creación, luciendo un 62% de la posesión y consiguiendo reaccionar a una desdibujada primera mitad. La resurrección del Racing conseguía que Iker Losada entrase más en juego haciendo que el carril central se convirtiese en una amenaza para el Burgos, abriendo así mayores oportunidades por banda con Heber y Pinchi afilando sus cuchillos.

Más reconocible, el equipo consiguió amenazar y pisar área con mayor asiduidad, pero falló el ingrediente final que fue la precisión y decisión en los últimos metros. Terminó el partido doblando en remates al Burgos con 16 en lugar de los 8 de los locales, pero en la falta de acierto y la reacción tardía con una losa de dos goles en contra, privó al Racing de conseguir sumar en el fortín burgalés que castigó la primera parte aciaga, irreconocible y plagada de facilidades que presentó la escuadra que dirige Cristóbal Parralo en El Plantío.