Tres porteros para evitar sustos
El Leganés busca tres guardametas para blindar una posición que la pasada temporada, con dos arqueros, vivió en los altibajos constantes. Problema: encontrar quién acepte rol secundario.
El Leganés busca portero. El interés por Javier Belman, ex del Fuenlabrada, lo demuestra. Pero no el alicantino no es el único que ha estado en una lista con otros candidatos para un puesto múltiple. Vista la situación de inestabilidad en la meta que el club sufrió la pasada campaña cuando sólo tuvo dos arqueros (Iván Villar y Asier Riesgo) se ha tomado la decisión de intentar (al menos intentar) completar el puesto con tres guardametas.
Uno ya está garantizado. Es Dani Jiménez. Ahora falta por completar los otros dos. Jugadores que, sobre el papel, estarán en relativa desventaja con el utrerano. El ex del Alcorcón ya demostró en medio curso de sus reflejos y calidad. Que es uno de los mejores guardametas de Segunda División. Así que apunta a titular sobre el papel. Aunque el fútbol y sus designios (también sus infortunios) son caprichosos.
El hecho de que Dani Jiménez parta con esa teórica ventaja hace que la búsqueda de otros guardarredes sea compleja, sabedores los potenciales candidatos de que sus opciones de jugar son menores, especialmente para aquel que llegue en tercer lugar y que pueda tener más o menos claro que ejercerá el papel de hombre a la sombra de la sombra, algo nada sencillo para un portero.
La variante Riesgo
Es ahí donde entra la variante Asier Riesgo. El de Deba termina contrato con el Leganés. En las dos temporadas en las que ha sido guardameta pepinero sus entrenadores siempre han destacado de él una profesionalidad exquisita dentro y fuera del verde, especialmente cuando le ha tocado dejarse los guantes en el banquillo.
En su primer curso por ejemplo, tuvo que esperar a marzo para quitarle el puesto a Riesgo. Y en la siguiente, alternó titularidades y suplencias con Iván Villar hasta que Dani Jiménez se hizo con el cargo. En ningún caso elevó la voz, lo que se ha aplaudido dentro del club. A sus 38 años aún promete seguir dando guerra y da el perfil de futbolista veterano dispuesto a ayudar cuando llegue el momento, pero también de apoyar a sus compañeros en un rol más secundario.
En todo caso, el objetivo global es evitar el baile de guardametas de la temporada pasada, especialmente cuando sólo había dos porteros para luchar por el puesto, y dotar de más estabilidad a un puesto que no ha encontrado la paz en Butarque en las últimas temporadas.