Templanza para elegir bien

El Real Valladolid trabaja en la composición de la plantilla de la temporada que viene. Y lo hace con tranquilidad, no queriendo precipitarse, ponderando las posibilidades para elegir la mejor opción. Tiene la dirección deportiva la tranquilidad y el aval de haber acabado la temporada con éxito, con un ascenso directo tan extraordinario, como inesperado en la última jornada. Todos teníamos la ilusión de que se produjese, pocos eran los que pensaban que la carambola iba a producirse, pero pasó. Y la planificación de la próxima campaña se adelantó tres semanas. Bendito sea.

Cuenta Fran Sánchez, director deportivo, en la entrevista concedida a As que el club está en el momento de aclarar el futuro de los 27 jugadores con contrato y comunicar a cada uno la decisión. Cerca de la mitad deberían salir en este mercado de verano porque entre los futbolistas que han vuelto de una cesión y los que no cuentan para el técnico, al menos una decena tienen las puertas abiertas. Y como suele pasar en estos casos, la entidad pucelana pretende que algunos futbolistas salgan antes de que los siguientes entren. Es el caso de la portería. Con dos metas con contrato, Roberto y Caro, la dirección deportiva se decanta por la continuidad de Masip, por su buen rendimiento dentro del campo y su gran comportamiento cuando ha sido suplente, y por un portero que llegaría con la vitola de titular. Sergio Asenjo es el elegido, pero por si acaso, el club sondea el mercado de Primera, por si la historia del palentino no acaba en blanco y violeta.

El Real Valladolid va a ser en su vuelta a la máxima categoría uno de los equipos con menor presupuesto. Es lo que tiene ser un recién llegado pese a que la historia tiene a la entidad blanquivioleta en un lugar destacado en el fútbol español. Por eso, las decisiones se toman con máximo cuidado, buscando abaratar operaciones con el fin de sacar el máximo rendimiento a cada euro. Claridad y templanza. Ya demostró Fran Sánchez en el pasado mercado de verano que la paciencia es uno de sus principales talentos. No pudo firmar hasta la última semana de mercado y, sin embargo, hizo un equipo que ha ascendido directo. Ahora que tiene más tiempo y dinero no quiere precipitarse, prefiere analizar todas las opciones, todos los escenarios, para acercarse más al éxito.

Y es que no podemos olvidar que el mercado de verano todavía no se ha abierto. Es cierto que otros equipos están fichando o han fichado ya, aunque no se haya hecho público, pero los vallisoletanos no han avanzado tanto. Han mantenido contactos, han preparado el terreno durante la temporada y se mantienen a la expectativa, pero todavía no han ejecutado. No hay prisa. Lo importante es acertar y cuadrar los números y para eso primero deben salir jugadores para no encontrarnos en la primera semana de julio, otra vez, con 40 futbolistas.

Por último, sí me gustaría compartir un detalle de manera pública. El club priorizaba la formación por encima de los resultados en el Promesas. Entendible hasta cierto punto, pero el segundo equipo descendió y el futbolista que más cerca ha estado del primero no ha sido renovado. Abandona, por tanto, el club. Habrá que entender, entonces, que la estrategia con el Promesas ha fracasado por partida doble. Es necesario un cambio de timón. Viene una generación extraordinaria de jugadores todavía en edad juvenil. Esperemos que el club y el próximo entrenador, o Baptista si sigue, entienda que ganar partidos es parte de la formación. Porque me niego a que intenten convencerme de que da igual jugar en Primera RFEF o en Segunda RFEF. Cuanta menos distancia haya con el primer equipo más fácil será el salto.