Sergio González, el insustituible capitán del Leganés líder
Con Costas, es el único jugador de campo que lo ha jugado todo en esta liga. Entró al paritorio para ver nacer a su hija sólo 15 minutos después de ganarle al Levante.
Sergio González vive anclado a una sonrisa perenne que va más allá del césped y tiñe de felicidad toda su vida. A sus 31 años, el capitán del Leganés está gozando de la que quizá sea su temporada más importante. En lo profesional. En lo personal. Nombrado dueño del primer brazalete pepinero el verano pasado, este madrileño de gesto tímido y apariencia algo enclenque ha revertido la tendencia de cursos anteriores para ser clave desde el minuto uno en el nuevo proyecto de Borja Jiménez. Desde que llegó a Butarque siempre le costaba entrar en los planes de unos entrenadores que, a la larga, también lo hacían fijo tras un comienzo, eso sí, en blanco. “Si no juego al principio es que algo estaré haciendo mal”, decía entonces con su habitual tono autocrítico hasta el extremo.
Una senda de disciplina que le ha llevado a mutar su rol y convertirse, junto con Costas, del Oviedo, en el único jugador de campo de toda Segunda que lo ha competido absolutamente todo. El resto de futbolistas que han completado los 1.440 minutos del campeonato son porteros. Liderazgo indiscutible en el verde que Sergio, chaval de exquisita educación (licenciado en ADE, es el primer jugador en activo que logró el Master en Derecho Aplicado al Fútbol Profesional de LaLiga), también luce en el vestuario. Sus arengas previas a los partidos recuerdan a las míticas con las que Mantovani aleccionaba a los suyos durante el ascenso a Primera.
Ahora, como le sucedió entonces a la leyenda pepinera, Sergio busca que su primera hija, Sofía, llegue también con su primer ascenso a Primera debajo del brazo, aunque en su caso su nacimiento tuvo un desenlace peculiar. El padre asistió al alumbramiento todavía vestido de corto (botas incluidas) apenas 15 minutos después de que terminara el triunfo del Lega ante el Levante el pasado 10 de noviembre. Sergio salió a la carrera del césped a un coche que lo llevó directo al hospital donde vio nacer a su hija casi sobre la bocina. El capitán lo celebró con un gol al Valladolid una semana después en el que era su partido número 100 como pepinero. Un relato perfecto para una temporada que, en su caso, también va camino de ser perfecta.
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