Se sube con puntos... lo demás son cuentos chinos
El Real Valladolid tiene tres partidos hasta el parón de Navidades donde debe sumar muchos puntos para no complicarse la vida y verse obligado a tomar medidas que ahora no se contemplan.
Desde el vestuario y desde el club se transmite confianza. Lo hizo Solares hace dos semanas ante los medios y ayer Alejo en la sala de prensa de Zorrilla. Confianza plena en todos. En el entrenador, respaldo total. En el trabajo que se está haciendo, el máximo posible y el mejor. En la calidad de la plantilla, por supuesto. Conclusión, un grupo unido con su entrenador al que consideran el ideal y a ojos del club un técnico consolidado en la entidad y un grupo de jugadores que acabarán por dar su mejor rendimiento. Dicho así, suena todo fenomenal. No habría de qué preocuparse.
Pero esta fe ciega en que todo va a terminar por salir bien y tanta buena intención y palabra choca con la cruda realidad. El Real Valladolid no carbura, no despega y es el 17º clasificado en la tabla de las últimas diez y de las últimas cinco jornadas. De dos meses y medio para acá su rendimiento y sus resultados son de luchar por la permanencia. Así de claro. Conclusión, hay que estar preocupados y urge una inmediata respuesta con lo único que cuenta en fútbol, los resultados.
Vienen ahora tres partidos consecutivos, Huesca, Andorra y Eibar que van a marcar un antes y un después de cara al parón navideño y en las puestas de finalizar la primera vuelta. Si el Real Valladolid no empieza a ganar se complicará mucho su futuro a pesar de las buenas palabras e intenciones de directivos y jugadores. Si el Valladolid no gana pronto y escala posiciones, el discurso de Almada, de Solares y de los jugadores perderá cada vez más credibilidad porque aquí lo que vale es ganar. Si el Real Valladolid no engancha ante rivales que están en descenso o casi una buena racha, la situación se tensionará hasta el punto de que los discursos y las buenas palabras ya no servirán. En fútbol pasa siempre y es más viejo que el hilo negro.
O se gana pronto o se pedirá desde la grada la cabeza del entrenador y se mirará al palco. Es verdad que Solares y Orta han pasado ya en Queretaro o en Sevilla por situaciones delicadas y que, seguramente, tengan coraza para aguantar la presión, pero cuando los resultados no llegan todo el mundo acaba cediendo. Pasa siempre.
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Es deseable, pues, para que todo ese panorama no llegue, que el equipo, por fin, empiece a ganar y no solo una vez. Es lo que todos queremos y lo que quiere la afición, pero si eso no ocurre los nervios aparecerán y obligarán a los directivos a tomar medidas para paliar la situación. Y solo hay dos, un cambio de entrenador y reforzar a la plantilla. En tres partidos tendremos la respuesta de lo que tendrán que hacer o no hacer. Al tiempo.
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