Se busca nueva sala de máquinas
En el Leganés, sólo dos medio centros, Undabarrena y Cissé (éste con potenciales ofertas), continúan. Pardo, Gaku y Neyou acaban contrato. Perea retorna, pero es caso complejo.
La confección de la plantilla del Leganés la próxima temporada tendrá varias posiciones prioritarias. Una de ellas será la del mediocentro, espacio que pasará de ser uno de los mejor cubiertos por la plantilla pepinera, a quedarse con sólo un ocupante confirmado (Iker Undabarrena) y otro potencialmente amoldable a las funciones de la sala de máquina (Seydouba Cissé) pero con un recorrido tan bueno que no sería de extrañar que recibiera ofertas (aún no las tiene en firme) para su salida de Butarque.
Por el camino, tres jugadores del puesto acaban contrato. Son Rubén Pardo, Yvan Neyou y Gaku Shibasaki, jugadores a los que darle continuidad resulta en algunos casos complicado, bien por sus contratos altos para las posibilidades que se le dibujan al Leganés en un futuro de nuevo de límite salarial apretado, bien por sus circunstancias particulares, como puede pasar con Neyou, perteneciente al Saint Etienne. Si el Leganés quiere retenerle, primero tendría que negociar con los galos.
Perea y la cantera
El caso es que en la potencial despoblación de líneas pepineras, ésta es también de las más afectadas no sólo por esas salidas, sino porque en el horizonte de los recambios procedentes de la cantera no hay perfiles puros para esa posición. Chavales como Rentero o Caio Lopes, medio centros del filial con tímido recorrido en listas del primer equipo partirán presumiblemente una vez consumado el descenso del filial y acabados sus contratos.
Una alternativa también puede ser la de Luis Perea, cedido la pasada temporada al OFI Creta con el que disputó 25 partidos de la primera helena, eso sí, sólo 13 de titular. Con 1.382 minutos sumados, su experiencia no ha sido de pleno protagonismo, aunque sí suficiente como para al menos ser tenido en cuenta.
Sucede, con todo, que su salario es uno de los más elevados de la plantilla (ya lo era le curso pasado) y que su rendimiento no ha estado acorde a los tres millones que se pagaron por él. Con dos años más de contrato en Butarque, amortizar su fichaje con un traspaso parece complejo. Será uno de los asuntos que tenga que resolver el club durante el verano.