Rubén Pardo saca de nuevo su fusil
El riojano del Leganés marcó de falta nueve meses después en un partido en el que (penalti revisado por el VAR aparte) lució argumentos para convencer a Idiakez tras la baja de Gaku.
Rubén Pardo llevaba tiempo sin desenfundar su fusil. La última vez sucedió el 20 de marzo de 2022. Hace nueve meses. Entonces un lanzamiento de falta desde la frontal del área, en Butarque, ante el Sporting, se convirtió en el gol del 1-1. Aquél fue un remate afortunado que tocó en un rival, desvió su trayectoria y se metió en la meta que defendía el ex pepinero Cuéllar. El del sábado, ante el mismo enemigo, pero en su hogar, en El Molinón, también fue un tiro de falta que rozó en un contrario, pero éste llevaba toneladas de picardía.
Lo ejecutó con un lanzamiento raso desde una posición poco propicia que se terminó colando cuando nadie lo esperaba. Palo corto y adentro. Gol. Golazo. Ejercicio de calidad e inteligencia que permitió a Pardo inaugurar su casillero esta temporada y, de paso, el de tantos de falta. Una especialidad que le reportó excelentes resultados su primer curso de blanquiazul (cuatro goles de lanzamientos directos), pero que sólo le dio el gol antes descrito la temporada pasada. En aquella ocasión supuso fin a más de un año sin marcar de falta.
Oportunidad aprovechada
Recuperar la confianza ante la meta rival en esta suerte, en una jugada de maestría y en este momento del curso es cuestión importante para un futbolista que, fogonazo a fogonazo, va reclamando más protagonismo en el once. La baja de Gaku por su convocatoria en el Mundial le abrirá (sobre el papel) las puertas de la titularidad durante estas semanas de ausencia. Idiakez ya lo alineó de primeras en Gijón con el brasileño de pasaporte alemán Caio Lopes (Leganés B) como reemplazo en el banquillo.
Rubén Pardo cuajó un partido interesante de esfuerzos defensivos mayores de lo habitual (lo suyo es la construcción hacia la meta rival) que quedó, eso sí, manchado por la jugada del 2-1, un penalti que los jugadores del Sporting no protestaron, pero que sí vio Ocón Arráiz en el VAR para decirle a Trujillo Suárez que el riojano había extendido los brazos bloqueando el remate de Insua. Involuntario y nimio, pero el penalti lo era. Precisamente acción y Rubén Pardo están, indirectísimamente relacionados en la roja que vio Idiakez. “Estaba animando a Rubén Pardo. Le he visto afectado por el penalti. Ha venido y me ha expulsado”, explicó el técnico sobre su expulsión.
Buena distribución, buena retaguardia
Sin obviar este borrón, fue el pepinero que más pases repartió (66) y el segundo con un mayor porcentaje de acierto: 55 de esos 66 pases fueron correctos. En la medular, Undabarrena, su compañero de doble pivote, dio 55 pases con 92,7% de efectividad. Visto con otra perspectiva, Rubén Pardo dio el mismo número pases buenos que el total (buenos y malos) de Undabarrena.
Acertado en el pase en largo (8 de 13 intentos), los bloqueos (uno) y las intercepciones (dos), sólo fue superado en uno de los cinco duelos que mantuvo durante los 90 minutos que jugó. También le acompañó esta vez el físico. Rubén no sólo no se cayó, sino que estuvo activo en el final del partido, tramo en el que el Leganés pisó área incluso con opciones del 2-3. Guiños que dejaron entrever que las opciones de confiar en su presencia como reemplazo de Gaku es decisión que puede aprovechar para reclamar más protagonismo que el dispuesto en esta temporada a medio camino entre la titularidad y la suplencia recurrente.