Romo tuvo razón el viernes, pero él no lo sabía
El Racing demostró en la última media hora, cuando se fue a por el Eibar, que tiene mimbres para competir contra cualquiera
“Se hacen valoraciones solo desde el punto de vista defensivo, pero yo pienso que hay que hacer todo lo contrario: hay que atacar mucho más que defender. Si solo defendemos, ellos se van a encontrar muchas situaciones peligrosas”. Romo dixit. El viernes, antes de viajar a Ipurua. Tenía razón, y quedó claro durante el partido. En cuanto el Racing se puso a atacar (y metió los cambios en el terreno de juego) se merendó al Eibar, tuvo ocasiones y mereció, como poco, empatar. El problema es que esto empezó a pasar después de dilapidar una hora de partido defendiendo en vez de atacando. El propio míster dijo al término del partido que los goles encajados llegaron no por atacar poco, sino por defender mal. Verdad, a medias. Arturo, Mantilla y Parera cometieron sendos errores catedralicios en la (no) defensa de la jugada del 1-0 y el propio Arturo, Pol Moreno y la defensa en general en la del 2-0, sí. Sí, pero..., el Eibar se acercó al área mucho más de lo que mereció su exiguo caudal de juego porque el Racing no le atacó hasta que entraron Íñigo Vicente y Marco Camus. Esta vez fallaron las intenciones. Y el once. Y no es hablar después del partido, ahí están las grabaciones de las retransmisiones de las emisoras de Cantabria, cada una de su padre y de su madre, antes del inicio del choque.
¿Parera 2.0?
Aunque a algunos miembros del cuerpo técnico les cueste creerlo, el racinguismo no critica un fichaje o alaba otro en función de si se intuye que el ideólogo de su contratación sea Romo o sea Martija. Se vio el año pasado con Miquel Parera. Llegó con una hoja de servicios, pocos, ya que Manolo Reina le tapó el acceso a la portería del Mallorca, que no ilusionaba. Y no ilusionó. Pero se le vio jugar y nadie ha regateado un elogio al de Manacor. A tal señor, tal honor. Me está empezando a dar la misma sensación con Peque. El pequeño delantero catalán ha llegado a Santander sin currículo para que le fichara el Racing. Y se dijo. Para eso estamos. Y cuando va dejando detalles, como está haciendo, se dice. Ojalá haya que ponerle un busto en la Plaza de Pombo. Todavía le queda para eso, pero, aunque creo que está lejos de reclamar un puesto en el once, cada vez que entra en el campo, suma. Tiene chispa, se ofrece siempre, ataca el espacio, es valiente..., pinta bien. Y es joven. Aun me queda descubrir cual es su posición ideal, eso sí.