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ESPANYOL

Real Club Decadente Espanyol

De Chen, al que el Partido descabalgará como le vea asociar la bandera china a este dislate, a Mao, Garagarza, Ramis y los jugadores han convertido el club en una caricatura de lo que fue.

Andorra - Espanyol
RCDECarlos Mira

Hace ya tanto que el Espanyol burla sistemáticamente su suerte que ya se puede afirmar sin miedo a equivocarse que se ha convertido en una caricatura de lo que un día (cada vez más lejano) fue. Y los culpables, con la salvedad de una afición que aún a estas alturas sigue desafiando al frío y a su inane club para liarse la manta a la cabeza durante cientos de kilómetros, son todos sus actores, del primero al último.

LaLiga Hypermotion 2023/2024

ClasificaciónPTSPGPEPP
3Sporting34974
4Espanyol33965
5Eibar31946
Clasificación completa
Próximos partidos
Espanyol - Burgos CFM-19/12 21:30
Racing Ferrol - EspanyolD-14/01 18:00
Espanyol - Villarreal BD-21/01 18:00
Calendario

*Datos actualizados a fecha 16 de diciembre de 2023

Desde Chen, que va a acabar siendo descabalgado del Partido como vean que asocia la bandera de China a este disparate que él ha creado, a los jugadores, quienes hasta ahora habían sorteado con cierto disimulo su culpa en este desaguisado, cuando son incapaces de interpretar, de plasmar, de dotar de alma cualquier charla, entrenamiento previo o táctica. Y, por supuesto, un CEO que no ejerce como tal, Mao Ye, y un director deportivo, Fran Garagarza, cuyo proyecto consiste en emular al Eibar; pero no al que subió a Primera, sino aquel que enlazó casi dos décadas en Segunda. Hasta Ramis, el último en llegar en un giro hacia el resultadismo, paradójicamente empeora en números a su antecesor, Luis García, aunque ahora conmina a los suyos a “aprender a defender con balón”, como hacía aquél.

En la semana en que resucitaba el escándalo arbitral del descenso, como si fueran Dickens, Scrooge y los fantasmas de las Navidades pasadas, y acudía el Espanyol más por aclamación popular que por convicción a la justicia ordinaria, lo que acabó siendo justo y ordinario fue el resultado en el Estadi Nacional de Andorra. Justo, en el mejor de los casos, porque los de Sarabia bailaron en la primera mitad a un conjunto perico que sólo encontró el gol cuando Pampín se lo coló en un pim, pam en propia meta. Y ordinario porque el juego de este Espanyol es cada vez más vulgar, más desdibujado, más infructuoso cuando más pragmático presuntamente tenía que serlo.

Porque, exceptuando ese espejismo de las victorias ante Elche y Alcorcón, la escuadra blanquiazul no sólo no ha mejorado sus prestaciones defensivas como se le suponía a Ramis –para muestra, el gol del experico Iván Gil, completamente solo en el área chica–, sino que encima se ha olvidado de tener el balón, de dominar, de atacar con claridad… o de atacar a secas. Son tantos los problemas acumulados, tantos los frentes abiertos, que no se antoja que con un simple mercado de invierno se vaya a enderezar el rumbo.

Con esto no nos da”, reconocía tras el enésimo naufragio un Ramis cuya contundencia con su plantilla en sala de prensa podría pasarle factura, y que cuenta con dos victorias, tres empates y una derrota ligueras al frente del Espanyol. Con nueve puntos sobre 18 posibles, un promedio inviable para subir por la vía directa, la única que se le puede permitir a este club. O a aquel previo a la caricatura.

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