Quico Catalán deja la presidencia del Levante
Pablo Sánchez toma el relevo en la presidencia en la directiva de José Danvila, que ejercerá de consejero delegado. Junto a Quico se marchan otros cuatro consejeros.
Francisco Catalán Vena ha dejado esta tarde la presidencia del Levante cuando se encaminaba a cumplir 14 años de su mandato. Catalán accedió a la presidencia del club en enero de 2010, aunque ya llevaba desde abril de 2009 trabajando como Director General de la entidad, cuando llegó con el club intervenido por la Administración Concursal. En sus años en el cargo, en lo deportivo, el Levante disfrutó de once años en Primera División (de las 15 temporadas que ha competido en la élite en su historia), con dos ascensos y dos descensos a sus espaldas y paseando incluso el escudo granota por Europa. Bajo su mandato se inició la reforma del Ciutat de València, a la que le falta por abordar la segunda fase, y proyectó la nueva Ciudad Deportiva de Nazaret, sus dos grandes proyectos, todavía por ejecutar. Junto al presidente se marchan los consejeros Miguel Ángel Ruiz, Luis Calero, Marisa Blay y Juan José Alabau.
Ahora, Quico Catalán pone fin a su mandato después de tres ejercicios nefastos en lo económico, acrecentados por no conseguir el ascenso el pasado mes de junio, dando paso a la gestión de José Danvila, escogido por el patronato de la Fundación para tratar de revertir la situación del club. El empresario valenciano, que formaba parte del consejo de administración desde 2018, presentó un plan de viabilidad que consistía en la compra del 50% de las acciones por un valor de 5 millones de euros y un préstamo participativo de 10 millones de euros al 7,5%.
Danvila, como máximo mandatario del club, le ha cedido la presidencia a Pablo Sánchez, que, como él, también entró en el consejo del Levante en 2018. Por su parte, otro consejero, Braulio Pastor ejercerá las funciones de vicepresidente. Maribel Vilaplana, Ruth García y Héctor Blasco completan el nuevo consejo encabezado por Danvila.
Carta de despedida de Quico Catalán
Un 22 de abril, de hace poco más de catorce años, me presentaban como director general de este club, y hoy, después de más de 13 años ostentando el gran honor para todo levantinista de ser presidente del Levante UD, entiendo que termina una etapa y por ello me quiero despedir de todos y cada uno de vosotros. De todos aquellos que, cuando estéis leyendo estas líneas, sintáis algo, algo por este club o por esta etapa vivida, y eso significará que habéis ayudado, apoyado y luchado para que cada mañana construyéramos juntos un Levante mejor.
Me despido emocionado, porque han sido más de catorce años intensos, muy intensos, donde las vivencias han sido máximas, donde el trabajo y el esfuerzo han sido innegociables y la ilusión por hacer de nuestro club un proyecto diferente y un referente en nuestra sociedad, era la mayor de mis ilusiones.
Quiero pediros perdón porque a lo largo de este tiempo he cometido errores y como levantinista que ama este club como creo que lo he demostrado, cada uno de ellos, han sido para mí una carga y un pesar como lo habéis sufrido vosotros. Es por ello que humildemente quiero aprovechar esta carta para pediros perdón.
Creo también que, si pongo en una balanza todo, tengo que sentirme orgulloso por el trabajo realizado, ya que hemos conseguido transformar un club, transformar una sociedad en una institución moderna, en un referente y ejemplo para muchos, que ha contribuido a reforzar nuestro orgullo de pertenencia y nuestras ganas de defender más si cabe nuestros colores.
No sé si son los mejores años de la historia de este club. De corazón, deseo que no, porque espero que lo mejor esté por llegar y que los que ahora van a dirigirlo, a los que les deseo la mayor de las suertes, y los que vengan después, tengan la misma ilusión y el mismo reto, hacer del Levante UD la mejor institución posible cada dia.
Es verdad que en esta etapa hemos conseguido estar once años en Primera División de las quince temporadas que hemos estado en toda nuestra historia, que hemos representado a nuestro país por primera vez en esa UEFA Europa League tan bonita que competimos, imborrable, que hemos vuelto a ser referentes en el fútbol femenino (mañana viajamos a Holanda para volver a jugar la UEFA Women’s Champions League), que hemos construido alrededor del balón unas secciones que nos han dado tanta vida, tantas alegrias y lo mas importante, hemos conseguido un crecimiento social diferencial, algo absolutamente necesario para ser algo más que un club de fútbol, ser una institución deportiva que quiere por medio del balón, defender y transmitir unos valores que nos hacen diferentes.
Unos valores que yo heredé y que hoy en mi despedida desde la máxima humildad y tranquilidad, manifiesto que he defendido en todo momento, con la lealtad y la fidelidad que me enseñaron mis mayores. Nunca me he guardado nada en el vestuario, me he dejado el alma cada una de las veces que he representado y defendido a este club, y siempre, siempre, he peleado cada balón como si fuera el último, y así ha sido hasta el último día, hasta el pasado viernes que poníamos fin a nuestro último mercado de fichajes, un mercado apasionante y complicado a la vez, pero que os tengo que reconocer, que cada día me ilusionaba más. Han sido veintinueve mercados en estos años, cada uno diferente, pero en los que hemos puesto todo y más para que cada temporada fuéramos competitivos y cumpliéramos nuestros objetivos. Y ha sido así, porque defender ese escudo, nuestro escudo, ha sido lo más importante en cada una de esas negociaciones y decisiones.
Hoy miro al cielo y doy gracias a Dios por la oportunidad de haber podido representar todo este tiempo a mi equipo, y por este sentimiento heredado de mi yayo, de mi padre y de mi tío, sentimiento que nos une y por el que ha valido toda la pena en estos catorce años de mi vida.
Me despido dando las GRACIAS a toda esa gente con la que he trabajado en esta etapa tan bonita: UN AUTÉNTICO EQUIPAZO, que sin cada uno de ellos nada de lo anterior hubiera sido posible. Quiero acordarme de cada compañero de oficinas, de la Ciudad Deportiva de Buñol y del estadio, de los compañeros de instalaciones y mantenimiento, limpieza, tiendas, residencia, almacén, de los compañeros de la Fundación, de todos nuestros responsables, entrenadores, técnicos y resto de personal de nuestras escuelas tanto masculina como femenina. También mi recuerdo para de cada uno de esos niños y niñas que han defendido nuestro escudo tanto en los campos de fútbol 11 como de fútbol 8, en las pistas de futsal y en las pistas de balonmano, a todos nuestros entrenadores y jugadores del filial y primer equipo, y a cada una de las jugadoras y entrenadores de nuestro equipo femenino. Me acuerdo también de nuestros jugadores y entrenadores de futsal, de balonmano, fútbol playa, futvoley, eSports, de nuestros servicios médicos, y, en especial, de esos chicos y chicas, niños y niñas que un día hace doce años nos conquistaron, cambiaron nuestras vidas y se convirtieron en ejemplo de superación. Un regalo inmenso que nuestros chicos de EDI sean los mejores embajadores de los valores que irradia nuestro club. En definitiva, quiero dar las GRACIAS a todos aquellos que me han acompañado en esta etapa para que juntos lucháramos por una misma ilusión, que era hacer del Levante UD un club diferente, respetado y querido.
También mi recuerdo con la administración concursal, porque fueron los que creyeron y apostaron por mí para que en uno de los momentos más delicados de nuestra historia asumiera la máxima responsabilidad de dirigir este club. Quien nos iba a decir entonces que viviríamos después lo que hemos vivido.
Recordar y agradecer a todos esos compañeros de viaje que desde el primer día hasta hoy han querido apoyar este proyecto, que han querido ligar su marca a la marca Levante y ser parte de esta bonita historia: nuestros patrocinadores, colaboradores y sponsors. Y a los que han querido contarla, o sea los medios de comunicación, tan necesarios para que cada momento haya sido imborrable.
Quiero dar las gracias a cada uno de los miembros del Comité de Dirección que he tenido en estos años, con ellos siempre todo fue más fácil. Gracias también al Patronato de la Fundación del Levante UD y a sus presidentes, por el respeto siempre hacia mi persona y su apoyo en los momentos de dificultad; y por supuesto a mis compañeros del consejo de administración, a los que eternamente agradeceré su lealtad y fidelidad. Me he sentido muy orgulloso de presidir un consejo rodeado de grandes levantinistas que siempre velaron por conseguir lo mejor para su club. Debemos sentirnos satisfechos del legado que dejamos Y, muchas gracias de corazón a todo el levantinismo, a toda una afición que siempre me llevó en volandas, una afición regenerada en todo este tiempo, y que hoy es la fuerza de un precioso Ciutat de Valencia. Un levantinismo que durante todos estos años me ha dado su apoyo, que me ha elegido en tres procesos electorales obteniendo así también el apoyo mayoritario del accionista minoritario, y un levantinismo del que aprendi cada dia, del que me siento parte y tremendamente orgulloso de haber sido su presidente. Nos une un sentimiento, nos une lo más grande, nos une el amor a un escudo que es la mejor de las herencias que podemos recibir y que estamos en la obligación de propagar y transmitir.
Querida familia, querido levantinismo, GRACIAS, GRACIAS DE CORAZÓN.
Lo mejor está por llegar, desde la unión podemos conseguir todo lo que nos propongamos, ya que se han dejado unas buenas bases. Hay cosas que reconducir, aspectos a mejorar, hay retos que nos tienen que seguir ilusionando, hay proyectos que se han iniciado que serán seguro terminados y lo más bonito e importante es que esa fuerza del sentimiento sea lo nos permita a los levantinistas seguir creciendo en una sociedad donde el Levante UD hoy es respetado, querido y valorado.
Y así voy a hacer yo a partir de ahora. Haré levantinismo y apoyaré a mi equipo, a mi club, desde mi asiento del Ciutat, con mi familia, en una temporada que siento que va a ser muy especial para todos.
Con todo mi cariño, de un levantinista como vosotros.
Un abrazo grande