Pezzolano, solo ante el peligro
Está como Gary Cooper en la histórica película que dirigió Fred Zinnemann en 1952. Pezzolano se encuentra solo ante el peligro. Sin apoyos, con todo en contra. Está ante el peligro de poder ser destituido en cualquier momento. El peligro de que su equipo caiga más en la clasificación tras estar ya fuera de playoff después de perder en Ferrol. En peligro de que el Valladolid vuelva a firmar una mala actuación. En peligro de que los aficionados le felicitan las Pascuas cada poco tiempo desde la grada. El peligro de que sus futbolistas fallen el próximo penalti que tengan que lanzar. Son muchos los peligros que rodean al actual entrenador del Real Valladolid. Sólo los héroes del celuloide como Tom Cruise o el citado Cooper en el Oeste han podido salir bien librados con tantas cosas en contra. Yo le deseo de todo corazón a Paulo Pezzolano que lo logre. Sería la mejor noticia para él y, sobre todo, para el Real Valladolid, para todos nosotros, para la ciudad. De verdad que me gustaría poder contar cuando pasen los años que un entrenador uruguayo, que estuvo a punto de ser destituido, cuyo equipo fuera de casa realizaba partidos bastante flojos, al que desde la grada se cantaba por su dimisión y al que su propio club no tuvo el detalle de respaldar en su semana más difícil, terminó por dar la vuelta totalmente a la situación firmando un final de Liga espectacular y consiguiendo el ansiado objetivo del ascenso. Un Gary Cooper del fútbol español y vestido de blaquivioleta. Me encantaría.
Pero permítanme que presente aquí mis dudas razonables. Las remontadas de ese nivel, en fútbol, se dan bastante poco. Casos se han dado, sí. Recuerden aquel Benítez que terminó por ganar la Liga en el Valencia el mismo año en el que estuvo cesado al descanso de un Espanyol-Valencia que perdía 2-0 y acabó ganando 2-3. Y de ahí a ganar el título. Imposible, por tanto, no es. Pero abundan mucho más los casos de entrenadores que tras mucho tiempo haciendo la goma acaban por ser cesados o naufragando en el tramo final. Y Pezzolano tiene más pinta ahora de eso que de emular a Benítez o al protagonista de Misión Imposible.
Tras día y medio de enormes dudas, parece que el club se decanta por dar otra oportunidad al entrenador por el que tanto ha apostado, pero que parece haber perdido casi todos sus apoyos dentro del club. Que el director deportivo, siempre tapado y siempre en la sombra para no exponerse, no haya salido a respaldar a su técnico es una muy mala señal. Nos tenemos que quedar con las buenas palabras de Ronaldo o de Mazziotti a favor siempre del uruguayo. Eso, a pesar del desgaste, parece mantener prendido de un hilo a Pezzolano y a todos su equipo de colaboradores. La decisión es que el técnico llegue al domingo, pero, mientras, desde el club le buscan sustituto por si la cosa ante el Eibar vuelve a salir mal. No vaya a pasar lo de esta semana, que no ha dado tiempo a tener un sustituto preparado y la decisión final es ver si Pezzolano se puede agarrar al clavo ardiendo de sus buenos números, mejor que el juego, obtenido en los partidos de casa. No olvidemos que tras el Eibar llegará el Levante a Valladolid. Por el bien del Real Valladolid, de la afición, de Ronaldo como propietario y de la ciudad, mucha suerte a Pezzolano y que pueda lograr el ascenso a Primera. Pero hay que ser realistas y ser conscientes de que estamos más cerca de caer al precipicio que de salir vivos de una caída de un décimo piso. Y Pezzolano cae ya a gran velocidad y sin que aparezca nada a lo que agarrarse. Aunque el cine y la realidad, a veces, tienen mucho que ver y se pueden llegar a producir situaciones muy difíciles de pronosticar.
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