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Pezzolano responde a los gritos con victorias

Siempre que llueve escampa. En Zorrilla, futbolísticamente, llovió mucho, más de la cuenta, en el inicio de la temporada. Una pretemporada lastrada por los problemas económicos que impidió fichar a tiempo y obligó a limpiar una plantilla que acababa de firmar un descenso. Algunos de sus protagonistas firmaban el segundo descenso en tres años. Los refuerzos no llegaban y Pezzolano, el que más sufrió en primera persona todo eso, tuvo que improvisar una plantilla cargada de jugadores del filial y de futbolistas que estaban más en la rampa de salida que de otra cosa y jugando amistosos de un ínfimo nivel que tampoco ayudaron en nada. Con todo ello inició la temporada el Real Valladolid y así fueron las cosas. Malos resultados, jugadores recién llegados fuera de forma y equipo claramente sin acoplar. Estaba claro que el uruguayo necesitaba tiempo para formar un bloque y conseguir un rendimiento. Tiempo que la grada no le dio y el ‘Pezzolano dimisión’ se convirtió en el grito de guerra de muchos al primer contratiempo o incluso con el equipo ganando el partido. Pezzolano, igual que Pacheta, son los responsables del descenso del Real Valladolid porque fueron sus dos entrenadores. Pero Pezzolano no es el culpable del desbarajuste vivido en una pretemporada que fue absolutamente inaudita con la destitución del director deportivo a diez días del inicio de la competición.

Y pasado el tiempo, los resultados empiezan a dar la razón claramente al entrenador. No engañó a nadie. Dijo con claridad que necesitaba semanas para conseguir lo que estaba buscando. Ahora, con un empate y cinco victorias seguidas en las últimas seis jornadas, gritar ‘Pezzolano dimisión’ suena más a un instinto dañino hacia una persona o directamente hacia Ronaldo, que a un razonamiento sensato que esté basado en hechos y resultados. Le duela a quien le duela, el técnico uruguayo le ha dado la vuelta a la tortilla y está armando un bloque sólido que lleva más puntos a estas alturas (19) que Pacheta hace dos años (15), como Djukic (19) o que Mendilibar (17) en el año de su gran temporada. Griten lo que griten algunos, los números le están dando la razón.

Es cierto que el calendario ahora se endurece, es verdad, y que partidos que se van a jugar ante Espanyol, Eibar o Tenerife, próximamente, serán más exigentes posiblemente. Pero de lo que hasta ahora el Valladolid ha ganado, nadie se lo ha regalado. Creo que, al menos, se merece el beneficio de la duda y que no se le esté esperando con la espada de Damocles permanentemente. Hace dos años consiguió brillantemente ascender a Cruzeiro. Sabe, pues, desenvolverse en situaciones como la actual.

No soy nadie para pedir nada, ni lo pretendo ni me interesa, pero sí me gustaría que Zorrilla sea una caldera apoyando en cada partido al equipo. Un estadio que empuja hace ganar puntos al final de la temporada. Es entendible la crítica o el descontento pero no es admisible la animadversión. Aquí, antes del partido del Cartagena, se ha pitado a jugadores al salir en el video marcador en la jornada seis. Eso no es normal. Eso no ayuda y no suele traer buena intención. Dicho esto, que cada uno haga lo que le parezca. Yo, si pudiera, firmaría ya el ascenso del equipo con Pezzolano en el banquillo sin consumar la tan deseada, por algunos, ‘dimisión’.

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