Pequeño borrón en la despedida del Pinatar Arena

Un gol a dos minutos del final, tras un mal despeje de Jair y una indecisión de Lluís López, le costó al Real Zaragoza su primera derrota del verano frente al histórico Stade de Reims, en el quinto amistoso de preparación, el último de la trilogía de su concentración en el Pinatar Arena y uno de los dos de mayor exigencia y relevancia de toda la pretemporada 2023-24 por tratarse de un equipo de la primera división francesa. Los amistosos de julio no son más que un borrador de lo que llegará cuando las victorias sirvan y las derrotas hagan daño, pero este pequeño borrón del Zaragoza fue ciertamente inesperado después de una primera parte francamente interesante.

Sólo veinticuatro horas después del cuarto amistoso, Escribá dio lógico descanso de salida a todos los titulares del partido frente al Cartagena y presentó un once nuevo, con Borge y Jair como pareja de centrales, Jaume Grau y Toni Moya en la sala de máquinas y la dupla Sergi Enrich-Iván Azón en la punta del ataque. Y todo funcionó de maravilla.

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El Stade de Reims, un rival rocoso, áspero y hasta duro, dio un susto casi de salida, en una ocasión inmejorable de Khadra que rebotó en el cuerpo de Borge, pero el Zaragoza respondió enseguida por medio de un cabezazo de Iván Azón, en una media salida del portero galo, y pasó a dominar el encuentro con enorme autoridad. Presión asfixiante y fútbol rápido, fluido y profundo que sorprendió al conjunto francés durante casi toda la primera parte. El Zaragoza, desde luego, se cargó de razones hasta el descanso: Azón marró un penalti en el minuto 12 y Luna tuvo una oportunidad notable antes de que Toni Moya abriera el marcador pasada la media hora con un golazo de falta directa. Hacía muchos años que el equipo aragonés no disponía de un especialista en esta suerte a balón parado, otro punto más que sumar a la hoja de servicios de Cordero.

Sergi Enrich, que tiene un martillo en la frente, e Iván Azón pudieron aumentar la cuenta del Zaragoza en los últimos minutos de una primera mitad que fue prácticamente un monólogo.

Pero como si fuese un calco del inicio del partido, el Stade de Reims volvió del vestuario como un cohete y logró empatar en el minuto 49 en un disparo cruzado de Ibrahim Diakité. El gol francés igualó el marcador, pero también el partido. En la segunda parte el Zaragoza ya no tuvo el control y el mando, aunque tampoco sufrió hasta los minutos finales. A los dos equipos les pesó el calor y les pesaron las piernas cansadas de los duros entrenamientos de la pretemporada, pero el conjunto galo tuvo más acierto y fue capaz de darle la vuelta al marcador a dos minutos del final.