Ortuño, amo de llaves del Cádiz

Con una simple mirada, Ortuño vio las intenciones de Tabatadze. El resto es historia. El 15 amarillo pidió el balón, (lo tenía Álex) lo orientó con un toque y envió un preciso pase a la carrera del georgiano, para que este definiera ante Dani Jiménez. Fue la enésima muestra de la importancia que ha adquirido en tan poco tiempo el mediocentro alicantino, omnipresente en la medular de los de la Tacita de Plata. Su esfuerzo es incuestionable, con 11,4 kilómetros, fue el jugador que más distancia recorrió ante el Huesca. Además, y para poner la guinda a un gran encuentro, fue elegido MVP.

Todo ello gracias a su incansable trabajo. Tras una pretemporada irregular, su comienzo en el once no estaba asegurado. De hecho, en las primeras cuatro jornadas solo disfrutó de 81 minutos, repartidos en dos encuentros. Tras una primera parte para el olvido en Leganés, en la segunda jornada su rol dentro del Cádiz estaba indeterminado.

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Suso da el susto

El cambio llegó a partir de la jornada 5, cuando el Cádiz venció al Eibar, con gran actuación del 15 amarillo. Desde entonces no se ha bajado del once y no se ha perdido ni un solo minuto. A su asistencia del último encuentro hay que sumarle el gol de la jornada 6, ante el Málaga, que decidió el partido en La Rosaleda. Su fuerte está en pases en el último tercio con éxito, donde destaca por encima del resto de sus compañeros, completando más de seis por partido. Datos que reflejan su gran momento y los motivos por los que Garitano le elige una y otra vez en cada once.

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