Noche de expertos inexpertos
Leganés y Andorra comienzan temporada con las miradas apuntando a sus jóvenes entrenadores. Borja Jiménez estrena era en Butarque. Eder Sarabia es la garantía de los del Principado.
Cantaba en 2001 el malogrado Pau Dones en una de sus melodías con Jarabe de Palo que él era un “completo incompleto. Incompleto por amor”. La analogía le encaja a Borja Jiménez, nuevo entrenador del Leganés que hoy estrena era en Butarque frente al Andorra (22:00, sigue el partido en directo en AS.com) como experto inexperto. Inexperto por amor… al fútbol, se entiende. Con solo 38 años (apenas tres menos que Nyom, uno de sus soldados) y una energía positiva desbordante, este técnico de escuela moderna lleva casi una década en los banquillos (se inició con sólo 30 primaveras), pero apenas 19 partidos en esta Segunda División que ahora le reta para liderar el proyecto de un club venido a menos desde su descenso a Segunda. Delante, un rival que evoluciona en línea contraria. El Andorra presidido por Gerard Piqué quiere, este curso, aspirar a cotas pirenaicas en el campeonato. La garantía de Eder Sarabia (sólo 42 partidos de experiencia en Segunda) en el espejo del otro banquillo es la principal esperanza de los del Principado.
Apunta éste a partido de entrenadores. Ambos comparten pasión por la pizarra (llamémosle amor) para, con edades tempranas (Eder sólo tiene 42 años), querer ser referentes de una nueva generación. A Borja esa pasión le llevó a colgar pronto las botas como futbolista para abrazar el otro lado del río cuando la mayoría de jugadores apuran las últimas gotas de su carrera. El peaje de su decisión fue tener que tragar barro y penurias hasta ganar experiencia y desbrozar el camino rumbo a lo profesional. Lo logró…a medias.
Un Leganés justito
Dos ascensos en su haber de Segunda B a Segunda (Mirandés en 2019 y Cartagena en 2020) tuvo que alcanzar este abulense para estrenarse en Segunda, cuando los albinegros le dieron la oportunidad de asentarse en el banquillo. Fue en el curso de la pandemia. Gradas vacías. Sin cánticos, ni gritos. Frialdad. Y para colmo, cese. Duró 19 jornadas. Cierto es que un año después rozó su tercer ascenso con un gigante sumergido como el Deportivo de la Coruña. Sólo la gesta del Albacete en Riazor le robó un sueño. El curso siguiente apenas estuvo siete jornadas con los gallegos. Ahora retorna henchido de hambre en un proyecto con tintes famélicos.
El Leganés 23-24 comienza con una plantilla venida a menos tras salidas como las de Arnáiz, Juan Muñoz, Gaku o Rubén Pardo. Y aunque la dirección deportiva ha trabajado bien para blindar la retaguardia (Diego Conde, Arambarri, Franquesa, Sáenz, Chicco, Neyou...), lo cierto es que las penurias de un límite salarial menguante han evitado que el equipo tenga dinamita en ataque. A la espera de Karrikaburu y Ureña, Dani Raba (el nuevo ‘10′) lidera los galones ofensivos con el retornado Diego García (15 goles en el Fuenlabrada el curso pasado) como esperanza del gol blanquiazul.
El criterio siempre fresco de Cissé y la aportación veterana de Undabarrena, Nyom, Miramón o Sergio García blindarán un bloque que sólo piensa en permanencia visto que los dos cursos anteriores soñó con playoff y acabó pidiendo la hora para evitar el descenso. Jorge Sáenz será la principal duda para los madrileños, que apenas tienen 20 jugadores de pleno derecho del primer equipo. Los canteranos Alex Gil o Navarro prometen sellar la convocatoria.
La renovación esperanzadora del Andorra
El Andorra llega a Butarque renovado. La pasada campaña provocó que muchos de sus jugadores se colocaran en el escaparate y los clubes no dudaron en pescar en el bloque tricolor. Los claros ejemplos son los de Marc Aguado (Zaragoza), Héctor Hevel (Cartagena), Sinan Bakis (Zaragoza) y Mika Mármol (Las Palmas). Lo positivo es que para todos se ha encontrado ya sustituto. Aunque lo que más resalta de este verano es que sigue Eder Sarabia en el banquillo. El técnico, como muchos de sus jugadores, recibió ofertas para salir, pero hizo caso omiso a esos cantos de sirena. Es el estandarte y su estilo de juego es el que ha hecho del Andorra un club temible.
Eso sí, ya no tendría el factor sorpresa del pasado curso. Aunque esto no parece preocupar a un grupo joven, repleto de talento y con ganas de reivindicarse. Eder Sarabia apostará por su 4-3-3, sin dejar de lado que por momentos mute al 3-5-2. La polivalencia de sus jugadores lo permite.
En cuanto a saber el equipo titular, como no, una lotería. El curso pasado, el técnico apenas repitió alineación en sus partidos y si algo tiene es que todos sus futbolistas cuentan. Fichajes como Marsà necesitan aún un periodo de adaptación y para este estreno se espera una presencia importante de la ‘vieja guardia’: Ratti estaría en la portería; Vilanova, Pastor y Pampín en la zaga; y Jandro, Iván Gil y Bover en el centro del campo. Todos ellos rodeados de sangre nueva como Migue Leal, Lobete, Álex Calvo y Manu Nieto. Este último, tras su cesión (y ascenso) en el Eldense se ha ganado ser el ‘9′ de este Andorra que tiene el listón muy alto porque el curso pasado acabó séptimo. Pero calma, es la segunda temporada de su historia en Segunda.
Moreno no llega a tiempo
Borja Jiménez no tendrá sencillo completar una lista de 23 jugadores. En su primera plantilla sólo cuenta con 20, aunque dos de ellos (Avilés y Lalo) tenían complicado llegar a este partido. También Jorge Sáenz, tocado desde hace semanas. Neyou y Poveda apuntan a que estarán en la lista.
Eder Sarabia no puede contar con el lesionado Christos Almpanis ni con Martí Vilà, que sigue recuperándose de la grave lesión que sufrió la pasada campaña. Pablo Moreno, que fichó el pasado jueves todavía no está inscrito en LaLiga.