Miguel de la Fuente es un bendito ‘accidente’ para el Leganés
Una concatenación de imprevistos abrió su puerta al fichaje por el Leganés. Ahora es ídolo en construcción tras el hat-trick al Amorebieta. Lo marcó con molestias.
Miguel de la Fuente es un bendito accidente. Un refuerzo imprevisto nacido de unas calabazas que, con el paso del tiempo, con la caída de los goles, se han revelado trascendentales para el inicio de temporada del Leganés. Porque los pepineros no pensaban al inicio de verano en su fichaje. Lo veían como un imposible. El Alavés no quería abrirle la puerta y él quería jugar en Primera. Fin de la cita. El objetivo era otro. Jon Karrikaburu aparecía en rojo marcado en la agenda madrileña.
Pero Jon dijo no y se empecinó en su salida al Alavés, movimiento que, al final del mercado, liberó la opción de que De la Fuente acabara de nuevo en Butarque. El Lega no lo dudó y se lanzó a por el futbolista en un movimiento que Miguel dijo sí apenas se produjo la primera llamada, para sorpresa pepinera, que sabía que detrás tenía novias potentes como Elche o Sporting de Gijón, además de otras vías extranjeras. Ahora, aquella carambola estival le sonríe a los protagonistas blanquiazules, que tienen en su nuevo ‘9′ un ídolo en construcción.
Tres goles, 50 puntos y una lesión
Su hat-trick al Amorebieta este domingo confirman el pálpito. Le hizo tres goles en apenas 50 minutos… y lesionado. Porque tras el partido su entrenador, Borja Jiménez, y él mismo, confirmaron que concurrió al partido tocado. “Esta semana he entrenado menos por molestias”, decía este vallisoletano de 24 años y mucha más madurez que la que atesoraba en sus piernas cuando, allá por 2020, dejó Valladolid entre polémicas para fichar de manera unilateral por el Lega. Como la de ahora, aquello fue una cesión, pero contra la voluntad del Pucela.
Por eso Miguel en aquella temporada apenas concedió entrevistas. No se quería agitar un avispero que al chico le perjudicara. Ahora, olvidado aquello, reposada su carrera, no le importa hablar con todo el mundo y demostrar un carácter afable y normalidad ambiciosa que encaja en lo que siempre se ha exigido del Leganés, esto es, crecer pero con los pies en el suelo.
“Nuestra liga es la de los 50 puntos. Lo decimos todos. El míster también. Todos. De momento, ésa es nuestra Liga”, repetía ante los medios tras el 6-0 del Amorebieta cuestionado si hay manera de frenar la euforia de la parroquia pepinera, ésa que ayer hizo la ola durante el encuentro e incluso cantó lo de ‘Volveremos a Primera, volveremos otra vez’.
“Yo creo que la gente tiene claro cuál es el objetivo. Son los 50 puntos. Cuanto antes lleguemos, se podrá creer en otras cosas. Pero necesitamos esos 50 puntos…”, repetía disciplinado, pero exultante, el propio Miguel. Lógico. En su carrera, afirma, nunca había marcado un hat-trick. Éste es el primero. “Ojalá no sea el último”, confesaba poco antes de admitir que, efectivamente, reclamó el cambio por estar tocado. “Al caer de un salto he sentido dolor y he pedido al míster salir”, insistía. Quizá de haber estado en plenitud, podría haber caído algún gol más. “Yo quería seguir, pero no he podido”, repetía.
Un fichaje de Txema Indias
Al otro lado de la zona mixta lo miraba mientras atendía a lo medios Txema Indias y Antonio Acosta, responsables de la dirección deportiva y también de un fichaje que quizá sin la presencia del primero, de Indias, habría sido impensable. Días antes de que el Alavés diera luz verde a la salida de Miguel, ya fue preparando el terreno para conseguir una cesión en la que su llamada a primera hora del último día del mercado fue trascendental. Ahí fue cuando Miguel dijo ‘sí quiero’ al Leganés. “Entonces le trasladé a mis agentes que no quería escuchar ninguna otra oferta”, confesó el chaval en su presentación.
Detrás de aquellas llamadas, el recuerdo de un trato casi paternal entre Indias y Miguel en su primera etapa de pepinero. El director deportivo del Leganés quiso retenerlo para la temporada siguiente, pero fue imposible. Aún así, no hubo reproches ni malas caras por la negativa del chaval. Un trato favorable que luego se ha revelado clave para este fichaje clave en el inicio histórico del Leganés. Aunque haya sido un refuerzo casi, casi por accidente.
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