Málaga: de casi desaparecer a sexto límite salarial más alto de Segunda

Puede parecer chocante que el Málaga tenga el sexto límite salarial más elevado de Segunda División con algo más de once millones de euros. Son 11.500.000 euros. Por encima de esta cantidad se encuentran Granada (29.126.000 euros), Leganés (19.522.000 euros), Eibar (13.206.000 euros), Levante (11.948.000 euros) y Las Palmas (11.522.000 euros).

El análisis de esta realidad es interesante. En la temporada 2017-18 el Málaga descendió a Segunda con un límite salarian de 53 millones de euros. Una cantidad muy elevada que dejó en la División de Plata una realidad inasumible. Sueldos elevados con fichas en algunos casos de tres y hasta cuatro millones de euros netos. Aun así el club fue a por todas amparado en una ayuda al descenso superior a 20 millones de euros que se desaprovechó. El límite salarial fijado fue, con diferencia el más elevado en aquella campaña 2018-19; 25. 245 millones de euros. El Deportivo tenía 18 el Granada 10 y Osasuna 11. Estos dos últimos equipos lograron el ascenso.

No subir a Primera fue una bofetada terrible. El Málaga no podía asumir en esta nueva realidad los descomunales salarios de sus acaudaladas individualidades ni la catastrófica gestión de la familia Al Thani. En este ejercicio 2010-20 LaLiga solo permitió inscribir 17 jugadores profesionales con un límite salarial de 9,9 millones de euros con amenazas y riesgos reales de ser expulsado de la competición como le pasó al Reus el año anterior. El Málaga eludió el descenso con infinito sufrimiento y gracias a los traspasos de jugadores como Fede Ricca y Ontiveros. El año anterior había sido vendido En Nesyri Caja insuficiente, pero caja al fin y al cabo. Un hecho positivo dio luz y esperanza: el cese de Al Thani como presidente y el nombramiento de un administrador judicial, José María Muñoz.

En aquel tramo se produjo un hecho milagroso. El Málaga corrió serio riesgo de expulsión de la competición y consecuente desaparición porque el fondo de armario se terminaba. Entonces en febrero se produjo la venta de Antoñín al Granada por 1,5 millones de euros, fuera de mercado por la lesión de Neyder Lozano. Sin ese dinero el Málaga no habría terminado el campeonato.

Las cosas no mejoraban en los albores de la campaña 2020-21. LaLiga apretaba y más de un club presionaba ‘entre bastidores’ para que el Málaga fuera descendido a Segunda B, lo que hubiera conllevado su desaparición. El administrador judicial tuvo que hacer un ERE que afectó a casi 50 empleados y ocho futbolistas. Con otros se llegó a acuerdos de desvinculación. El organismo presidido por Tebas ayudó mucho y el Málaga no fue descendido gracias a una normativa que consideraba la presencia de un equipo en un tramo de cinco años tres en Primera y dos en Segunda. Con todo esto el equipo arrancó con 3.2 millones de euros de límite salarial y 18 fichas profesionales. Contra todo pronóstico se mantuvo de manera desahogada en Segunda con Sergio Pellicer como entrenador.

La temporada 2021-22 parecía presentar los mismos augurios y apreturas. El Málaga partió de 3,6 millones de euros de límite salarial aunque al menos ya podía inscribir a más de 18 profesionales. El acuerdo de la patronal del fútbol español con el fondo de inversión CVC alivió tanta estrechez y el Málaga alcanzó los 12,7 millones de límite salarial. De esa cantidad anunciada por LaLiga, cuatro millones debían ser utilizados en las dos siguientes temporadas. El club se guardó un millón de euros pensado para un posible mercado de invierno.

Poco a poco van cuadrando las cuentas y la situación ha mejorado gracias a la escrupulosa gestión de la administración judicial que volteó los desmanes y la absurda labor de la familia Al Thani. La ayuda de las instituciones ha sido fundamental así como la entrada de algunas empresas. Recientemente el Ayuntamiento acordó una colaboración de 1,5 millones que ha sido fundamental para la llegada de jugadores como Fran Sol o Rubén Castro y a que las aspiraciones del club sean más elevadas.