Los roles de Jesé

El bullicio ha rodeado la carrera de Jesé Rodríguez prácticamente desde que ingresara en la cantera del Real Madrid siendo apenas un muchacho imberbe que metía goles de todos los colores. Nada más entrar en La Fábrica, 15 partidos de sanción. Un cabezazo a un árbitro fue el detonante. “Me sacó amarilla después de que me dieran hostias por todos los lados. No me echaron por Florentino Pérez”, dijo recientemente el hoy futbolista de Las Palmas en el programa Los amigos de Edu.

Otrora apodado Bichito en honor a Cristiano Ronaldo, a quien prácticamente sintió como un padrino cuando derribó la puerta del primer equipo blanco, más atención todavía, poco a poco fue haciéndose gigante en la pradera del Bernabéu hasta que una desgraciada lesión de rodilla frenó en seco una carrera que ya era apasionante antes de tan grave dolencia. Más ruido en torno a un jugador que, más de una década después, se confiesa “más maduro”, como aseveró el día que comenzó su tercera etapa como jugador de Las Palmas.

Aquella contaminación acústica en torno a su figura, tanto da que fuera dentro de los terrenos de juego como fuera de ellos, se transforma hoy en la discreción propia y sensación de bienestar de quien se siente a gusto jugando en casa. Usando el perfil bajo que sin duda le conviene. En el citado programa se confesaba Jesé en el mejor momento a “nivel mental” de su carrera. Jugar en casa tiene su peso.

Ese discreto rol de Jesé Rodríguez define ahora mismo su carrera futbolística, la cual busca enderezar tras periodos cortos y poco fructíferos en Portugal, Turquía, Italia o Brasil. En pleno proceso de redención, el estruendo de su tercer fichaje por Las Palmas ha dado paso a una incorporación sosegada y progresiva al equipo grancanario.

Tras anunciarse su fichaje el pasado 24 de julio, en pretemporada apenas jugó un par de minutos contra el Tenerife y no debutó hasta la cuarta jornada del presente curso futbolístico, cuando Las Palmas empató sin goles en Burgos. Convocado unos días ante el Málaga pero sin saltar al césped, se esperaba con ansia su regreso a un partido oficial, con la camiseta amarilla, al Estadio de Gran Canaria, donde no juega desde aquella derrota contra el Tenerife en pleno playoff de ascenso en el epílogo de la temporada 22/23.

De nuevo, discreción. “Decidimos que entrara Marc Cardona porque pensábamos, como así ocurrió, que iba a haber muchísimas situaciones de duelo. Lo más importante es que Jesé estaba contento por el equipo y que tendrá su momento. Nos ayuda mucho desde el rol que le ha tocado, por ahora, y seguro que nos ayudará mucho”, insistió Luis García tras el agónico 2-1 contra la Real Sociedad B, duelo que vio desde el banquillo.

Jesé parece afanarse como el que más en ese rol más discreto, de momento perfil bajo el suyo, que le toca vivir ahora mismo con Las Palmas. Tanto en los partidos como en el día a día y en el vestuario, desde luego un referente para los más jóvenes. Ale García, la estrella insular en este inicio de curso, destacó recientemente su cercanía, como la de Jonathan Viera, con los canteranos. Lo propicia ese rol discreto, aquel que no se ve. Es el que tiene ahora Jesé. Lejos del ruido.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí