Lax Franco colma el vaso de la paciencia con los arbitrajes
El Córdoba, pese a guardar un silencio administrativo, se siente perjudicado y molesto por las decisiones de campo y de VAR sufridas a lo largo de la primera vuelta de la Liga
El fútbol, como la vida, está cargado de paradojas y al Córdoba el tema arbitral le presentó una ante el Levante. Ayer, una intervención del VAR le sirvió para salvar un punto en su visita al Ciutat de Valencia. Un remate de Jacobo impactó en el brazo de un defensa granota y Lax Franco, pese a tenerlo de frente, lo obvió y tuvo que llamarlo Oliver de la Fuente Ramos, árbitro de VAR, para decretar el castigo que dio origen al penalti del 2-2.
Sin embargo, esa acción no deja de ser un oasis en el periplo del Córdoba en la primera vuelta de la Liga. El club blanquiverde está pagando una especie de peaje tras cinco temporadas fuera de los focos del fútbol profesional. Especialmente, en los últimos partidos que ha disputado. Sin ir más lejos, ayer desde la posición de videoarbitraje se instó al trencilla murciano a pitar un penalti por codazo de Marvel a Brugui, quien sin opción de llegar al balón se lanzó sobre el cuerpo del defensa blanquiverde. Ese lance supuso el 2-1 momentáneo y el apercibimiento de sanción del jugador del Córdoba al llegar a la cuarta tarjeta.
Pero esta incidencia no es nueva. Hace tan sólo una semana, el arbitraje de Sánchez López enfadó en la planta noble del Córdoba durante el partido ante el Tenerife. Un centro de Waldo Rubio impactó en el codo de Sintes, quien iba en forcejeo con Ángel. Y, posteriormente, el murciano obvio un derribo sobre Adilson dentro del área o una segunda amonestación a David Rodríguez, quien entró por detrás al portugués segundos después de ver la primera tarjeta. Y hubo más episodios que enfadaron en el seno blanquiverde.
Prueba del enfado existente en el Córdoba lo dejó patente Iván Ania ayer en la rueda de prensa de Valencia, cuando habló de que le “caería una sanción gorda”, si hablaba. De hecho, lo hizo en Cádiz después de que López Toca, desde el VAR concediera un gol sin evidencia en las imágenes televisivas, que supuso el 2-0 que condicionó definitivamente la contienda. Con anterioridad, el árbitro cántabro, ya sólo en funciones de vídeo, también actuó instando al valenciano Fuentes Molina a que decretara un penalti de Marín por derribo a Roger Martí. Ania dijo al asistente que “se ponga las gafas de palo” y le cayeron dos partidos, castigo tasado a los entrenadores tras ser expulsados por protestar.
Tras ese partido, el CEO del club, Antonio Fernández Monterrubio, anunció que se elevaría un escrito en modo de protesta. Sin embargo, lo único que se ha encontrado el Córdoba han sido nuevos errores de apreciación en los partidos disputados.
Según los números de la temporada, al Córdoba se le han pitado nueve penaltis en 19 partidos de Liga, teniendo varios de ellos en el apartado de cuestionables. Y es el equipo de la categoría que más expulsiones ha visto, cuatro, como el Eldense. Entre ellas, la más llamativa fue la de Théo Zidane en Granada. En el intento de controlar un balón solo dentro del área, Brau, astuto, acercó la cabeza a la posición del pie del Córdoba que no lo tenía en su ángulo de visión. Sánchez López, el mismo árbitro del partido contra el Tenerife, convirtió una acción temeraria en violenta, sacándole la roja. Y lo mismo pudo pasarle al debutante Vázquez ante el Zaragoza de no ser porque el vídeo delató un fuera de juego de Tasende, que no fue señalado por el árbitro asistente. El VAR sólo avisó de que el derribo podía ser merecedor de roja. En definitiva, el Córdoba sigue coleccionando motivos para el enfado.
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