La superpoblación del centro del campo del Pucela
La zona ancha blanquivioleta camina entre el overbooking y la necesidad: cuenta con nueve efectivos, pero no se pueden descartar refuerzos en la posición.
De cara a la temporada siguiente, la del retorno a Primera, si hay una posición que el Real Valladolid tiene cubierta numéricamente esa es la de mediocentro. Incluso, superpoblada, puesto que la entidad cuenta con nueve centrocampistas con contrato, después de la actualización del vínculo de varios jugadores y teniendo en cuenta que solo uno, Lucas Oliveira, que actuó en esa posición en el camino hacia el ascenso, termina el 30 de junio (fecha de finalización de su cesión).
Si una ejecución tardía de las opciones de compra que el Rayo Vallecano y el Valencia tienen sobre Kike Pérez y Selim Amallah no lo remedia (lo del marroquí parece harto probable), los dos deben retornar y ponerse al servicio de Pezzolano cuando la pretemporada arranque, como, a día de hoy, debe hacer Maroto, prestado en el Atlético de Madrid B y con contrato del primer equipo, como Chuki, que por contrato debe ascender desde el Promesas a la primera plantilla este verano.
Los dos canteranos ya estuvieron el pasado verano a las órdenes del técnico uruguayo, y a pesar del buen rendimiento ofrecido, sobre todo por Maroto, se determinó a última hora que no tenía sitio; de ahí aquella salida, una situación que cabe esperar que se repita también con el ‘10′, después de un curso de nubes y claros. Caso distinto es el de Amallah, a quien se intentó por activa y por pasiva que se quedase, aunque renunció a ser importante en Zorrilla para seguir jugando en Primera División. Lo del toledano, entretanto, es una incógnita, más allá de que, otra vez, no logró hacerse hueco en la máxima categoría con el Rayo.
A los tres retornados y el promocionado hay que sumar las dos opciones de compra obligatoria ejecutadas, sobre los derechos de Juric y Meseguer, dos piezas que han tenido mucho valor en Segunda División. No en vano, a pesar de su decreciente protagonismo, cuando jugó, el croata fue uno de los mejores mediocentros de la categoría, mientras que el murciano encontró, en el rol de llegador, como tercer escalón del centro del campo, la mejor versión de su carrera, con seis goles marcados y uno propiciado contra en Villarreal B, en el partido definitivo por el ascenso.
Como ellos, De la Hoz, Monchu y Anuar han sido artífices del santo de categoría, aunque el ceutí jugando más bien en banda. Tras conseguir su cuarto ascenso, convertido en capitán y erigido en uno de los líderes espirituales, el canterano parece un fijo por cuánto valora Pezzolano su garra, mientras que Monchu ha sido insustituible, por lo que se deduce que es intocable. César de la Hoz fue uno de los pegamentos del vestuario, pero ser el jugador con menos minutos en esta parcela puede acabar haciendo que se le abra la puerta en caso de querer agitar el avispero.
Porque, a pesar de disponer de hasta nueve piezas (incluso podrían ser diez, si se tiene en cuenta a Iván Sánchez), el lógico aumento del nivel de los rivales da pie a pensar que habrá algún refuerzo en la zona, aunque, como suele suceder en estos casos, antes de entrar habrá que dejar salir. No en vano, aunque seguramente de manera voluntaria, porque se dio preferencia a otro estilo de juego, al Real Valladolid le faltó esta temporada un perfil creativo, que si buen pueden cubrir alguno de los que vuelven, podría buscarse en el mercado si se confirma la intención de Pezzolano de buscar un paso adelante en lo estético, deseo verbalizado por el técnico.
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