La paradoja de la posesión
El equipo de García Pimienta se mantiene invicto después de las seis jornadas disputadas hasta la fecha. Los partidos que empató fueron en los que más tuvo el balón.
Por su tipología, la actual plantilla de Las Palmas parece destinada a dominar los partidos a través de la posesión del balón, acaso intentando someter a los rivales meciendo la pelota. De momento le vale para estar en esa privilegiada segunda posición, aunque empatada a puntos con el Granada, al que recibe este domingo, y el Cartagena.
Sin embargo, virtud y pecado a veces se mezclan en el juego del equipo de García Pimienta. Sucede que la UD, que solo ha perdido la posesión contra el Andorra, suma tres empates precisamente en los partidos en los que mayor porcentaje de posesión de balón ha tenido. Así, contra el Racing, que jugó 50 minutos con un futbolista menos tras la expulsión de Pombo, se elevó hasta el 80,8%, lo que no le sirvió para pasar del 0-0. El mismo resultado se repitió contra el Zaragoza, cuando Las Palmas tuvo el cuero durante el 58,3% del partido inaugural de la temporada. Mientras, en su visita al Alavés se quedó en el 76,6% tras el 1-1 con el acabó el duelo disputado en Mendizorroza.
Tiene trabajo el entrenador de la UD a la hora de dotar de fluidez al juego de su equipo ante defensas cerradas y equipos que se limitan a esperar un fallo con el que castigar a uno de los equipos más poderosos de la categoría, al que desde luego le falta rapidez en la circulación del cuero, como sucedió en muchos tramos del partido de Santander.
Sin embargo, mejor la ha ido a Las Palmas cuando la superioridad en la posesión no ha sido tan abrumadora. Le sucedió en Málaga (0-4) y ante el Andorra (2-0), ante los que ofreció una oda a la efectividad teniendo un porcentaje de balón del 52,6% y 33,7%, respectivamente. Ante el Leganés, en un duelo equilibrado (54%), también se llevó los tres puntos (1-0).
Con un estilo de juego innegociable, conmina sin embargo García Pimienta a los suyos “a dominar más registros”. Se refiere, claro, a una solidez defensiva que va cogiendo forma (un gol encajado en seis partidos). Al otro lado también queda un amplísimo margen de mejora. “Nos ha faltado velocidad en el juego, les insistía a mis futbolistas air por fuera porque por dentro acumulaban mucha gente y era muy difícil. Era la clave para ver si con algún centro éramos capaces de cogerlos desorganizados”, insistió tras el empate en El Sardinero. Todo debe andarse en esta eterna lucha por el ascenso a Primera División.