La hora de La Romareda
El Zaragoza, tercer peor local de Segunda, disputa tres de los cuatro próximos partidos en casa y se antojan claves para revertir la situación del equipo, a un punto del descenso.
Llega la hora de La Romareda. El Real Zaragoza, a un punto del descenso y que ayer presentó a Gabi Fernández como nuevo entrenador tras destituir a Miguel Ángel Ramírez, que únicamente había sumado siete puntos de treinta posibles, disputa tres de los cuatro próximos partidos en casa y se antojan claves para revertir la situación del equipo. El próximo lunes recibe al Córdoba y tras jugar en Santander, el Mirandés y el Eibar visitarán la capital aragonesa.
“Lo vamos a sacar adelante. Si alguno tiene alguna duda, que lo tenga claro”, subrayó un Gabi absolutamente convencido. Para ello es fundamental que esa reacción del equipo llegue ya en los primeros partidos y, por suerte, en tres de ellos contará con el apoyo de su afición. Aunque no será sencillo, en primer lugar por la trayectoria del propio Zaragoza, especialmente en casa, ya que en este 2025 aún no ha ganado en su estadio y es el tercer peor local de la categoría.
Y también por la dificultad que entrañan sus rivales. El Córdoba ha sumado once de los últimos quince puntos posibles y no pierde a domicilio desde el pasado 1 de diciembre, el Mirandés es actualmente el tercer clasificado, a un punto del ascenso directo, y el Eibar no conoce por ahora la derrota con San José, con un balance de dos victorias y dos empates, a lo que hay que añadir la visita a un Racing que es segundo con los mismos puntos que el Levante, líder de la categoría.
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Estos partidos marcarán el devenir de un Zaragoza que ha demostrado ser mejor equipo, incluso en La Romareda, donde en sus dos primeros partidos se impuso al Elche y al Levante. “Hemos pasado de ser un Zaragoza que iba líder a un Zaragoza con problemas. Necesitamos energía positiva y para eso soy el mejor. En otras cosas soy normal, pero en eso soy el mejor”, aseguró Gabi, que ya pasó por situaciones así en su etapa como jugador del equipo aragonés. Entonces lideraba desde el terreno de juego y ahora lo hará desde el banquillo, habiendo llamado ya a filas a todo el zaragocismo: “Creo que nuestra afición es capaz de llevar al equipo en volandas. Yo lo he vivido y no tengo ninguna duda de que lo va a hacer”.
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