Keidi Bare, la otra renovación
El mediocentro enfila su última temporada sin haber renovado con el Espanyol. Con la competencia de Pol Lozano y Gragera. Y con un perfil ideal para competir en Segunda.
Parece que ha pasado un mundo desde que aquel 7 de mayo de 2022, hace en realidad algo menos de 15 meses, informaba AS de que el Espanyol y Keidi Bare se habían sentado para negociar una mejora y ampliación de contrato del albanés, situado en una escala muy baja del rango salarial. El conjunto perico estaba matemáticamente salvado, y tenía como entrenador a Vicente Moreno y como director deportivo a Francisco Joaquín Pérez Rufete. Aunque iba a ser por pocos días. Ahora, sin embargo, sólo se habla del proceso de renovación de Nico Melamed y Pol Lozano.
No sólo ha cambiado en dos ocasiones tanto el inquilino de los despachos como el del banquillo, no sólo ha bajado el Espanyol a Segunda, sino que la vida de Keidi sigue igual que antes de aquel 7 de mayo. El futbolista, por los compromisos con Albania en junio, se incorporó más tarde y enseguida participó de los amistosos con la disciplina perica, en Marbella, tan cerca de la Málaga donde despuntó, con un futuro por descubrir. Enfila ya su última temporada de contrato con la entidad blanquiazul, y tan pronto se antoja un jugador más que conveniente para la categoría de plata como una buena moneda de cambio, llegado el caso.
Cuenta la plantilla del Espanyol, dirigida por Luis García, con dos jóvenes valores que pelean con firmeza por discutirle la demarcación, Pol Lozano y José Gragera, a quienes además tampoco se puede acusar de desconocer la Segunda, pues se han movido en ella como pez en el agua. Pero también en ella se ha desenvuelto a la perfección, y con esa picardía que a veces les falta a los pericos, un jugador albanés que en su carrera lleva 73 encuentros en el ‘barro’, por 43 en Primera.
A su favor juega que ya no debe competir con Vinicius Souza, desenrolado del Espanyol tras concluir su cesión. Pero en contra, igual que para el resto de inquilinos del pivote, las estructuras que pueda emplear Luis García, poco amante al menos la temporada pasada de duplicar a centrocampistas de contención y mucho más amigo de la creatividad.
De hecho, sólo en una ocasión recurrió el técnico a un doble pivote, que fue la única titularidad de Keidi Bare con el asturiano, en Vila-Real, y el desenlace no fue el deseado. No en vano, Luis le dio minutos en seis de los 11 partidos en que dirigió al Espanyol, del total de los 608′ que disputó en toda la temporada entre la Liga y la Copa del Rey.
Fue en la competición del KO donde sufrió un lance que indudablemente cambió el destino de su campaña 2022-23 y puede que de su carrera, la rotura del ligamento interno del tobillo derecho en el campo del Atlético Paso, antes de la Navidad, que le llevó a pasar tres meses alejado de los terrenos de juego justo cuando el entonces entrenador, Diego Martínez, había mostrado sus intenciones de situarle como titular para añadir cemento al equipo en la reanudación competitiva tras la Copa del Mundo.
De aquellos polvos, estos lodos, y ahora Keidi Bare se encuentran en el Espanyol con tanto valor como futbolista experimentado en una categoría brusca y ardua, como tentadora la idea de aceptar alguna eventual oferta por quien el próximo año quedará libre. Desde Italia, Alemania e Inglaterra lo habían tanteado antes de su lesión. Y después de aquella imagen suya celebrando un ascenso que, por qué no, puede ayudar a emular en los próximos meses.