Jornada de reflexión en el Racing de Ferrol
Después del batacazo ante el Eibar, el equipo, sin tiempo para lamentarse, necesita soluciones de cara al viernes ante el Levante. Acumula más de un mes sin ganar con 11 jornadas de 15 disputadas en descenso.
Reflexión sin excesivo tiempo de maniobra para poder lamerse las heridas. El Racing de Ferrol volvió a los entrenamientos con la misión de analizar la puesta en escena de su decepcionante partido en su visita al Eibar. En los dos encuentros disputados en noviembre se resumen con dos derrotas, hecho que no puede volver a repetir este viernes contra el Levante, si no quiere seguir cavando su propia tumba en la zona roja. El equipo, tras recibir a los granotas, cerrarán el mes el próximo miércoles 27 para disputar el partido aplazado contra el Castellón.
La reconstrucción del estado de ánimo del grupo comenzó en el primer entrenamiento de la semana, sobre todo haciendo hincapié a la fragilidad que presentó el Racing tras recibir el primer gol a los pocos segundos de la segunda parte en Eibar. Es evidente que la situación y las sensaciones que desprende el equipo son realmente preocupantes, pero a pesar de ello, de puertas para dentro el ambiente, sin ser tremendista, es consciente de que el momento es delicado, pero perfectamente abordable para darle la vuelta. Algo muy necesario para un Racing de Ferrol que acumulan más de un mes sin ganar con 11 jornadas de 15 disputadas en descenso.
El cuerpo técnico es completamente conocedor de los problemas que arrastra el equipo, sin mordiente en ataque, resistencia perdida en defensa y en muchas ocasiones superado físicamente por el rival. En pretemporada, no hubo opción a vivir una evolución de construcción de la plantilla con un goteo continuo de llegadas sin una preparación acorde para terminar afrontando sin piernas ni ideas la exigencia de la competición. El runrún en torno al banquillo es inevitable, pero también alrededor de una plantilla que no es capaz de compenetrarse para sumar puntos en esta categoría.
Lo positivo, por el momento, es que la plantilla a pesar de las evidentes carencias que refleja no ceja en su intento de cambiar el rumbo. El partido ante el Racing de Santander fue una derrota benévola, tras conseguir reducir distancias y hacer que el todopoderoso líder pidiese la hora. En Eibar, la imagen distó mucho lo que debe de ser necesario para sumar en Segunda, es por ello que Cristóbal Parralo y su cuerpo técnico cierran filas para despertar el orgullo herido de sus jugadores. Buñuel, visiblemente afectado por la imagen raquítica una vez más del equipo, destacó el hecho de fortificar lazos y dar mucho más, porque con lo que hacen, es evidente que no es suficiente para evitar el descenso. “Todos tenemos que exigirnos más y apretar los dientes. Este equipo tiene galones, personalidad y lo suficiente para reponerse delante de cualquier situación. Estoy convencido de que lo vamos a hacer y el equipo no se va a dejar ir”, subraya Buñuel ante una imperiosa reacción del Racing de Ferrol que debe llegar en cuatro días en forma de triunfo ante el Levante.
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