Viera: “Nada de lo que se dijo era verdad; me senté con Helguera y llegamos fácil a un acuerdo”
Atiende a Diario AS desde Marbella. “Si con 20 años hubiera tenido esta cabeza contaría con menos partidos en Las Palmas, pero jugué donde quise”, insiste.
Camino de la leyenda, si no lo es ya. Consciente de lo que implica su figura en la historia moderna de la Unión Deportiva Las Palmas, Jonathan Viera afronta la quinta etapa en el primer equipo de la que, constantemente, llama su “casa”. Nada ni nadie le quita ese sentimiento de pertenencia.
Como su fútbol con la felicidad, Viera comparece puntual a esta cita con Diario AS cuando ha finalizado uno de esos entrenamientos de la concentración de Marbella que tan en serio se está tomando. “Seguimos a tope para estar lo mejor posible lo antes posible”, insiste el 21.
Cuando su talento daba para mucho más, la cabeza y el corazón le pedían quedarse en casa. “Siempre he jugado donde he querido. En Las Palmas, que es mi casa, he sido muy feliz”, declara aquel pibe de La Feria al que le gustaría volver a ser simplemente Jony, o Romario, como se le conocía por su parecido, físico y futbolístico, con aquel jugador de dibujos animados. “Claro que me gustaría volver a ser aquel chico que jugaba, se divertía y nadie lo conocía. Pero no es posible, así que es mejor ni pensarlo”, se confiesa.
En su presentación, el pasado 13 de julio, decía que le tocaba ponerse bien físicamente. ¿Cómo se encuentra?
La verdad es que bien. Sinceramente, me queda. Para eso está la pretemporada. Hace mucho tiempo que no estaba en el campo. Al final, los apoyos, todo… se va notando. Pero pensaba que a estas alturas iba a estar peor físicamente. Pensaba que me iba a costar un poquito más, que iba a estar un poco más cansado, más espeso. Y me estoy encontrando bien, mejor de lo que esperaba. Seguimos a tope, trabajando en el campo y a parte en el gimnasio para estar lo mejor posible lo antes posible.
¿Le dará tiempo a estar disponible para jugar en Marbella?
No lo sé. El míster habla conmigo estos días sobre cómo me voy viendo, qué tal estoy para jugar un rato… Creo que lo iremos decidiendo un día antes o el mismo día en función de cómo vamos llegando. Creo que arriesgar de más y tener ahora un problema muscular sí que sería como tirar abajo todo lo que estamos haciendo por precipitarse. Vamos a ver.
Despacito y con buena letra.
Claro. Iremos viendo, despacito, si puedo jugar (no lo hizo ayer). Me encantaría hacerlo un rato pero lógicamente hay que ir con precaución.
Las Palmas está uniendo mucha gente joven a la que ya tenía. Usted tiene ya 35 años. ¿Cómo está encajando, no a nivel futbolístico sino personal, en un grupo así?
(sonríe). Al principio estaba un poco desubicado porque, lógicamente, hay muchísimos chavales, muy jóvenes todos. Pero la verdad es que hay un grupo muy bueno, espectacular. Son chavales nobles, muy buenos. Lógicamente yo también tengo que ceder un poco para que ellos tampoco me vean con ese excesivo respeto, para que también sea algo más normal. Es una cosa a la que hay que darle normalidad para que todo fluya. Con el paso de los días y los entrenamientos los chavales se han ido soltando un poco más y todo fluye mucho más.
Entiendo que los chicos más jóvenes todavía le ven más como Jonathan Viera que como a otro compañero más.
Sobre todo el primer día lo noté más cuando entré, a la hora de saludarme. Pero es normal. Llevo muchísimos años jugando y ellos personalmente no me conocían. No saben cómo soy. Todo eso suma. Pero con el paso de los días los chavales se han ido soltando, comiendo con el equipo por ejemplo, y todo eso hace que la relación se haya ido normalizando más.
Su fichaje se anunció el 12 de julio pero un par de días antes antes parecía estar claro que no venía. En su presentación dijo que hubo una puesta en común de ideas que hizo posible su llegada a Las Palmas. ¿Cuál fue la clave?
Que nos sentamos a hablar. Todo lo que había salido y se había generado, sinceramente nada era verdad. Nadie me había dicho que el entrenador (Luis García) no me quería, nadie me había dicho que el director deportivo (Luis Helguera) no me quería. Todo lo que salía nadie me lo había dicho a mí. Por eso un día me senté con el director deportivo y hablamos de lo que él quería de mí para el equipo, le dije lo que yo veía y llegamos a un acuerdo. Fue fácil, tampoco tuvimos mucho lío.
Luis García lleva apenas dos semanas trabajando, una de ellas con usted en la plantilla. ¿Es tiempo suficiente para saber qué será de Las Palmas con él en el banquillo?
Creo que algo muy bueno. Pero después, ya sabes: esto es fútbol y si la pelota no entra todo parece que es peor. A nivel táctico, de tareas, de cómo se expresa, de cómo quiere que juegue el equipo, de la energía que tiene, le veo, sinceramente, muy buena pinta. Pero insisto: esto es fútbol. Hay que esperar; con el paso del tiempo se irá viendo todo mejor pero le veo muy buena pinta. Creo que lo que le está transmitiendo al grupo de que jueguen, se busquen, se asocien, de que no pasa nada si se falla, de volverlo a intentar, le dará al grupo una confianza muy grande. Creo que el equipo va a jugar muy bien al fútbol.
Su última experiencia deportiva fue en Malasia. Antes jugó en China y Emiratos Árabes Unidos. ¿Qué le enseñó el fútbol de estos países, tan alejados ambos a lo que vivimos aquí?
Aprendes muchísimas cosas. Primero, que no somos los únicos que jugamos bien. Parece que vas a otro sitio y que les vas a enseñar. Y no. Hay futbolistas en otros países que lo hacen muy bien. Lo que pasa es que nosotros estamos tan lejos y son ligas seguramente de menos visibilidad y no los vemos, pero hay jugadores muy buenos. Tanto en Emiratos como en Malasia tenía compañeros muy buenos. Era gente de mucho talento.
“En China, Emiratos o Malasia hay futbolistas de mucho talento. Parece que les va a enseñar a jugar y no es así”.
Jonathan Viera
Es usted un caso paradigmático de futbolista que siempre acaba jugando donde quiere. ¿Qué le da Las Palmas para que haya vuelto cuatro veces y sean, por tanto, cinco sus etapas en el primer equipo amarillo?
Es mi casa, mi equipo, donde me he criado, donde empecé. Uno siempre está donde está bien, tranquilo, feliz y a gusto. Sinceramente, eso ha marcado la trayectoria de mi carrera. Donde mejor, más a gusto y más tranquilo estoy es en mi casa. Eso después se nota en el campo. El rendimiento ha sido aquí mejor que en otros sitios.
Analizando su carrera y su talento con la pelota se tiende a pensar que Jonathan Viera estaba destinado a jugar en equipos de los más grandes.
(sonríe). Mucha gente siempre me ha dicho que con el talento que tenía podía haber jugado en equipos grandes. Es que eso nunca ha sido una preocupación para mí. He jugado donde he querido, la verdad. Seguramente, si mi cabeza, con 20 años, hubiese sido la que es hoy, a lo mejor tendría menos partidos en Las Palmas. Pero eso es pasado. Son cosas que no me desgasto en pensarlas porque ya pasó. He sido muy feliz en mi casa. Siempre que me he puesto un reto he tenido la suerte de conseguirlo. Fui internacional jugando en Las Palmas, algo muy complicado. La verdad es que estoy muy orgulloso de todo lo que hecho con el club.
Usted ‘asciende’ hace 15 años al primer equipo de Las Palmas. ¿Qué le aconsejaría el Jonathan Viera de ahora al de 2010, aquel que debutaba con ganas de comerse el mundo?
(lo piensa). Futbolísticamente no le diría mucho. Me encantaba jugar, me divertía, lo pasaba bien. A lo mejor sí le hubiese dicho que fuera un poco más maduro, que se centrara más, que fuera más estable, que se cuidara más. Todas esas cosas que lógicamente vas viendo con el tiempo y que al final una, otra, otra, hacen que seas mucho más futbolista.
“Al Viera de hace 15 años le hubiese dicho que fuera más estable, más maduro, que se cuidara y centrara más. Todo eso hace que seas mucho más futbolista”.
Jonathan Viera
Hace poco, Ricky Rubio decía en La Sexta que le gustaría jugar al baloncesto sin ser Ricky Rubio pero que le resulta imposible. ¿Le gustaría, significando lo que usted significa para Las Palmas y Gran Canaria, jugar al fútbol siendo simplemente Jonathan, o Romario, como le conocían, el niño de La Feria que jugaba en la cancha con los colegas?
(ríe). Hombre… (piensa). Lógicamente, claro que me gustaría. Cuando vas a un sitio ya vas con tu nombre, con todo lo que has hecho. Es más de lo mismo. Claro que me gustaría volver a jugar y ser aquel chico del barrio que jugaba y que nadie lo conocía y lo pasaba bien. Pero lógicamente no es posible, lo sé después de todo lo que ha pasado. Entonces, esas cosas es mejor ni pensarlas. ¿Para qué lo pienso si sé que no será posible? No pierdo el tiempo en eso.
Más allá de la necesidad de ir poco a poco, ¿entiende que a Las Palmas se la vea favorita para el ascenso de categoría?
Lógicamente, cuando desciendes de Primera a Segunda todo el mundo te mira con ese rol o papel. Pero ya vimos lo que pasó el año pasado. De los tres que descendieron (Cádiz, Almería y Granada), ¿quién subió?
Se quedaron los tres.
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Ahí estamos. La Segunda es muy difícil, complicada. Es que ascender es muy difícil. Son muchos partidos, hay poco descanso, la cabeza siempre tiene que estar en funcionamiento y bien puesta para los momentos malos, que 100% van a llegar. ¿Eres favorito? ¿No lo eres? No te preocupes. Si ganas cinco partidos te dirán que sí y si pierdes cuatro dirán que te va a costar. Es ley de vida. Tenemos que trabajar día a día y ocuparnos de lo nuestro. Semana a semana, sin pensar en lo que dice la gente ni lo que dicen los demás.
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