Iker, el debut soñado

El destino puede parecer caprichoso, pero siempre tiene el plan perfecto. Cuando Luca Zidane, Ander Astralaga y Carlos Guirao recibieron las llamadas de sus selecciones parecía que el Granada tenía un grave problema bajo palos. Pero es que el destino tenía a Iker García en la recámara. Las circunstancias le llevaron el pasado viernes a cumplir uno de sus sueños: debutar en el fútbol profesional.

Como si de un cuento se tratarse, Iker tenía la responsabilidad de defender la portería granadinista en Los Cármenes. Ante su afición, que le arropó desde el primer minuto, y frente a uno de los gallitos de la categoría, Las Palmas, el valenciano tenía su alternativa obligada. Quizá había llegado demasiado pronto, aunque para Iker fue el día y el momento perfectos.

Tranquilo, como quien lleva toda la vida jugando ante más de diez mil espectadores, seguro y muy bien custodiado, Iker tuvo en debut soñado: “Es inexplicable. Portería a cero, debut en casa... esto es una locura”. Acertó a decir para los medios del club mientras celebraba el punto con la afición y los compañeros le felicitaban.

No fueron los únicos. También Pacheta alabó la labor del joven portero, que no tuvo demasiado trabajo, pero dio la sensación de seguridad y tranquilidad: “Es la cantera del Granada, tenemos un portero que estaba entrenando con nosotros y hace las cosas bien. Ha llegado por obligación, pero ahora tenemos un portero a cero. No era fácil para el niño, pero todos los compañeros le han protegido y ha estado fantástico, ha decidido todo bien. Estamos muy contentos por él”.

Su familia no faltó a la cita. En la grada celebraron la segunda portería a cero del Granada en lo que va de temporada con Iker bajo palos. El segundo portero más joven en debutar en la categoría con la horizontal rojiblanca después de Ángel Jiménez, también debutando por las circunstancias cuando ningún jugador del primer equipo pudo disputar el duelo ante la Real Sociedad en San Sebastián por un brote de COVID.

“Gracias al equipo porque sin ellos la portería cero no hubiera sido posible”, recalcó el guardameta que sólo tuvo que hacer dos intervenciones: un tiro flojo que blocó y un despeje de puños a un córner que se colaba como gol olímpicos. Iker sólo tenía palabras de agradecimiento: “Gracias al equipo, tanto al cuerpo técnico por el plan de partido y el equipo ha hecho un esfuerzo increíble, Las palmas es un gran equipo. El empate nos sabe a gloria”.

Iker lo celebró a lo grande. Era un alternativa y logró lo que todo portero desea: no encajar. Junto a la grada, que entonó el “Iker, Iker”, nada más terminar el partido, el valenciano aseguró: “Gracias a la afición que he me dado fuerzas. He logrado el sueño que tenía desde pequeño, encima en Granada y en casa”. Un cuento con final feliz, pero la próxima semana en Andorra volverá ver probablemente el partido desde el banquillo…

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